Elevo una plegaria desde lo más profundo de mi corazón, por todas aquellas almas que se han elevado de este plano terrenal de forma intempestiva, debido a la plaga que nos azota por estos días en toda la humanidad.
Por estos días, ya próximo a cumplir 50 años de edad es inevitable reflexionar y ver como a veces perdemos mucho tiempo en banalidades y de alguna manera descuidamos cosas de mayor relevancia, importancia y trascendencia.
El tiempo es inclemente avanzando en un solo sentido, no retorna, avanza, pasa, sigue su marcha a pesar de nosotros, por ello es necesario aprovecharlo, usarlo bien, con propósitos.
La vida es realmente un ratico en este plano terrenal, por ello, resulta impostergable centrar nuestra batería de esfuerzos en nosotros, en nuestros afectos inmediatos, en esos seres que arman el cuadro de nuestra existencia y le dan razón de ser. Hoy más que nunca debemos amarnos y demostrarlo, hacer el bien y hacernos bien, dar alegría y exigir lo propio. Hoy es ya, no dejemos al tiempo que nos traiga eso que anhelamos, no, él se irá y probablemente con él se vayan nuestras aspiraciones y buenas intenciones, el tiempo es hoy.
Por cierto, ¿ya le dijiste a ese ser que tienes a tu lado que le amas?
¿No?
¿Qué esperas?
HÁZLO
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