Un arma de doble filo
creada con el tiempo
el desgaste le dio un filo, le dio brillo,
repele hasta el metal más duro
al elemento más noble,
a la persona más pura que jamás en mí vida existió
Año tras año, acumulando mierda,
tristezas, a veces ajenas.
Año a año, capa a capa, ese blindaje me protegió
Lo que hay ahí dentro, no solo es temor,
tristezas contenidas en lágrimas infinitas
que nunca vieron la luz del día, o el brillo de la luna,
en la noche más triste de mí vida.
Una década transcurrió y aprendí de esto,
pues otra no me quedo, ya nada me dolía,
una muerte, una pérdida amorosa, incluso la vida,
nada me movía, firme y en una pieza por la vida iba,
con la mejor sonrisa que el mundo vio.
En la segunda década todo cambio,
me enseñó que no solo un escudo sirve para protegerse,
también es un arma que lástima más,
que el mejor filo, de la mejor espada.
Deje en el camino, vidas que me hicieron bien,
y otras que me hicieron daño, pero nunca miré hacia atrás
por miedo al daño causado.
Sin lágrimas en los ojos por más de veinte años,
me ahogaron en lo más profundo del alma,
dónde la luz no llega, dónde nadie está, ni nadie te escucha.
Tantos años sin salir, mí verdadero yo se perdió en algún lado
de ese oscuro lugar donde la luz no llega,
dejando a una marioneta viviendo el día a día
Duras las capas que con el tiempo endureció,
hasta ser impenetrable, o eso creía yo.