Iniciaba una tormenta, allá afuera la vida
pintaba el mundo de gris,
las aves acurrucaban sus cuerpos para
mirar el agua caer como cualquier tarde de verano
como si fuera la última vez

Mis alas se extendían enormes
como queriendo abrazar la lluvia
o tal vez abrazarte a ti…

La magia que nos rodeó todos esos años
parecía salir de un onírico lleno de extrañezas
más real que nuestra historia sin medidas
sin razones y sin tiempo que cuente nuestros pensamientos…

Hoy te extraño mas que aquel entonces,
la vida no se repetirá, pero este mismo cielo
me invita de nuevo a volar, siempre elegí
otros caminos, pero mi alma no dejaba de mirar atrás
no dejaba de verte a ti…

Ya no hay nubes que sostengan nuestros sueños,
solo la promesa de tal ves algún día…