El hombre iba vestido de traje negro; la calle era muy peligrosa. Después de las 21 horas, nadie se atreve a andar por ahí. Todos los habitantes de ese sector se encierran rápido en sus casas y solo vuelven a salir cuando sale el sol al siguiente día. De repente, otro hombre se le acercó por la espalda y le dijo:
-Quieto, no haga el menor movimiento porque es hombre muerto, estoy armado y no dudaré un segundo en matarlo si opone resistencia.
El hombre sin temblarle la voz le contestó:
-Entonces máteme, lo autorizo a hacerlo.
El otro hombre quedó frío, en veinte años de andar asaltando nadie le había respondido de esa manera. Pero se repuso muy pronto del malestar que le produjeron las palabras del otro, quien se dio vuelta rápido. El asaltante se infartó porque la cara era la de la muerte.
AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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Texto agregado el 12-03-2021, y leído por 116
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Lectores Opinan
12-03-2021
Menuda sorpresa se llevó! Muy bueno, querido! MujerDiosa
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