Inicio / Cuenteros Locales / collectivesoul / Sobre la extinción de los rinocerontes negros en el verano del diecinueve.
Si en el verano del diecinueve no se hubieran extinguido los rinocerontes negros
no sería para ti las mentiras de estos últimos sesenta y cinco millones de años
ni siquiera estás últimas horas del día, ¿ya para qué?
Igual el día no tiene más de 24 horas
y nosotros somos un reloj
eternamente subversivos
como los fósforos que iluminan azules el último cigarro
porque las mentiras también se agotan
aunque dure sesenta y cinco millones de años
Debería dejar de lado el cinismo y confesarte
mi debilidad y porque lo inmarcesible de sus días.
Confesarte porque quise ser tu héroe en lo que quedo de la tarde
la tarde cuando el arrebol fue más rojo que siempre
cuando el big bang de la verdad exploto.
La tarde en que te hiciste una cola en el cabello
donde alumbraba tu sonrisa juvenil.
Estaba enamorado
lo sé porque esa tarde
me sentía bien con el mundo en general.
Íbamos a pintar algo en una pared
y te pusiste un polo con la imagen de Frida Kahlo.
Fuimos caminando
tus cachetes estaban rojos
y no me acuerdo más
solo de tu sonrisa que quebraba al sol
y algo de libertad.
Al final de esa la luz que se apaga
no solo era un imperio y una religión que cae
también Rusia, los Yankis, Fidel.
Irremediablemente los rinocerontes negros se extinguieron
menos tú, tu luciérnaga fue pa’ siempre.
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Texto agregado el 07-03-2021, y leído por 254
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