Inicio / Cuenteros Locales / DianaCarolina72 / El horno Generoso
José tenía que jugar con sus amigos y se iba al encuentro de ellos y en su camino encontró un horno de barro muy deteriorado, el pasaba por allí de repente escucho una voz que lo llamaba:
- Niño, niño -dijo el horno de barro-
- Me llamaste horno - dijo José-
Si dijo el horno, mírame como estoy me puedes ayudar a reparar estas grietas y limpiar todas mis paredes y mí base porque estoy muy sucio, así no puedo trabajar.
Uy horno! No puedo me ensuciaría con todo este barro y además mis amigos me están esperando para jugar.
Así que José se fue sin importarle lo que le había pedido el horno, el horno se quedó muy triste y llorando.
Unas horas después paso Rosenda el horno la llamo:
- Niña, niña ¿A dónde vas?
- Voy a ser unas compras para mi madre - Dijo la niña-
- Me puedes ayudar: Dijo el horno, mírame como estoy ayúdame a reparar estas grietas y limpiar todas mis paredes y mí base porque estoy muy sucio, así no puedo trabajar.
La niña no lo pensó dos veces y comenzó a trabajar empezó hacer el barro y comenzó a reparar las grietas una por una dejándolo muy bonito el horno estaba muy contento luego limpio sus paredes ella estaba feliz ayudando al horno.
He terminado horno te vez muy bien –dijo la niña Rosenda.
- Gracias, muchas gracias –dijo el horno-
Y la niña Rosenda siguió su camino, el horno había quedado muy feliz por la ayuda de Rosenda.
En ese instante el horno empezó a hornear ricos panes y una gran variedad de pasteles y el dejo que se enfriaran al aire libre.
En ese entonces José ya regresaba a su casa después de haber jugado con sus amigos y observo todas esas ricas piezas que el horno había preparado.
Cuando él se acercaba a coger una de esas piezas el horno dijo:
- Detente niño tú no puedes coger ni una de mis piezas, cuando te pedí que me ayudaras te negaste porque tenías que jugar con tus amigos, ahora soy yo el que no quiere que cojas ninguna de mis piezas. Vete! Le dijo el horno.
El niño se fue muy triste y avergonzado por lo que el horno le había dicho.
Un tiempo después Rosenda regresaba a casa y ella vio todo lo que el horno había preparado se quedó mirando muy asombrada y el horno le dijo:
Niña Rosenda puedes coger las piezas que desees y si quieres puedes llevar para tú madre.
Finalmente Rosenda se puso muy feliz y le dio las gracias al horno.
- Muchas gracias horno –dijo la niña-
- Gracias a ti, porque con tú ayuda puede comenzar a trabajar de nuevo y ser feliz -dijo el horno-
Y la niña se fue muy feliz con los ricos pasteles que el horno le había regalado.
FIN
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Texto agregado el 04-03-2021, y leído por 90
visitantes. (3 votos)
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Lectores Opinan |
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06-04-2021 |
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Qué linda es tu alma, tiene que serlo para crear cuentos impregnados de tanta generosidad. Un abrazo, Sheisan |
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05-03-2021 |
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Que hermoso cuento.
El primer niño,no quiso ayudarlo,y tuvo su enseñanza...Ojalá le sirva y en otra oportunidad ayude al que se lo pida.
La niña,no lo pensó dos veces y sin esperar nada a cambio.
Muy lindo lo que escribes.
Es una enseñanza de vida*****
Un abrazo y beso
Victoria 6236013 |
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04-03-2021 |
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Muy original, no se hubiese pensado que los hornos albergasen inclinaciones tan humanas. La felicito sinceramente. Un afectuoso saludo. Altamira |
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