Sobre la tarde que no es noche,
al final del día que ya no es día.
Tenues las sombras se roban los detalles
y la luz contornea las formas filosas.
La cordillera suaviza sus picos,
apantallada desde atrás por la luz,
que se sumerge en su seno.
El brillo se ahoga en sus bordes
y la vista aplasta la mirada.
Se fueron ya a dormir los colores
y el horizonte se aproxima
con burdos contrastes
de tonos oscuros.
El cuerpo cansado suspira,
cansado de anhelar el descanso.
Se fueron ya a dormir los colores
y el horizonte se aproxima
como pesadilla de grises.
El alma se acuesta desnuda
y ante la oscuridad
se hace la dormida.
Texto agregado el 27-02-2021, y leído por 85
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Lectores Opinan
28-02-2021
Hermosa descripción del atardecer donde se duermen los colores y el alma se hace la dormida. Saludos. Clorinda
27-02-2021
—Qué bien narras, con todas las figuras del atardecer, la transición del día a la noche situación que también podríamos denominar como el crepúsculo cotidiano del dios Sol. —Saludos y un abrazo. vicenterreramarquez
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