Buscábamos el amor, desencontrados.
Cada uno en la comarca de su ego,
solazados en la carne de otros.
Eternamente jóvenes
tentados, halagados, por el mundo voraz
que desde afuera de los cuerpos
nos llamaba amantes.
Despojados de toda cordura
en la pequeña muerte del orgasmo,
dejábamos caer las máscaras
para vernos solo como hombre o mujer
en la aspereza del mutuo desengaño.
Texto agregado el 24-02-2021, y leído por 120
visitantes. (6 votos)
Lectores Opinan
21-03-2021
Retratás con certeras pinceladas los efímeros amores de la carne joven. Excelente poema. walker
24-02-2021
Cuando el deseo es pan de cada día pero no aparece ese algo que lo sublima todo, sólo será la búsqueda eterna de cuerpos incendiándose en la fuente de la juventud. Un poema que interpreto con las palabras ya dichas. Un abrazo y felicitaciones. guidos
24-02-2021
Es fuerte, sincero, crudo y hermoso. Todo al mismo tiempo. MujerDiosa
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