"no puedo decir bien cuanto tiempo ha sido el que he escondido mi rabia detrás de esa puerta; siempre me he caracterizado por ser autodestructivo, un ser que se ahoga en su pena, mas no uno que se atragante con su rabia... la puerta se abrió..."
I
Tres Consideraciones
He estado escuchando
Tranquilamente tus opiniones
Y para tales efectos
Tengo tres consideraciones:
I
Estoy cansado,
Agobiado,
Me siento atormentado
Por este mosquito
Que a mi oído ha llegado
A través del ventanal,
Creyéndose con la potestad
De en mi tímpano hablar,
¡Gritar más bien!,
Y desespero,
Porque creo
Mi puerta no le he abierto.
“¿Quién eres tú para entrometer
Tu aguijón a través de mi piel
Y sojuzgar mi corazón
Pidiendo que ruegue tu perdón?,
¿En qué momento pedí
Que me dieras tu opinión?,
Alimaña,
Patraña,
No eres más que una lagaña
Que me dispongo,
Por lo pronto,
A sacar con mi dedo
Y con un sucio gesto
Expulsarte muy lejos
De mi vida
Donde perteneces, insecto.
II
Van marchando los hombrecillos de negro
Con sus largos abrigos y solemnes ternos,
Clavando sus miradas inertes
Como erectos penes
Ahí donde no deben,
En lugares oscuros:
“¡oiga eso es abuso!”,
Pero yo sé menos de mí
Que aquellos que dicen ser los justos.
¿Qué es lo que yo pienso?
Que tu cara más bella sería con mi escupo;
Sucio,
Vil
Y enfermo
Zurullo;
Intento de persona,
Juez,
Inquisidor,
Capullo.
III
He visto a las moscas
Volar sobre un mojón,
Sentí en esa labor mucha más honra
Que en ti otorgando tu valiosa opinión,
Por mucho que entre aquellas dos,
Aquí entre nos,
No exista diferencia aparente,
No sé si me entiendes,
Quizás lo he dicho mal,
Permíteme explicar:
Hay algo en tu voz que estorba,
Es como un ruido,
Una interferencia poca
Que suena como un mal sonido,
Un horrible pitido,
Y he investigado
En su origen y he llegado al cabo
De que he confundido
Tu boca con tu ano,
Ruego me disculpes
¿Pero no crees que con tanta mierda que hablas
Se te ha pasado la mano?,
Imbécil.
II
Soez
No puedo sino al observarte
Dedicarte unas palabras
De un sonido irreparable
Y hálito soez inconfundible,
Y es que eres para mí
Un solemne conchadesumadre;
Amamantado por tu padre;
Intento de estética malograda;
Inconcubinable;
Lamentablemente irrepatriable;
Diría tu pareja: inculiable;
Adefesio;
Engendro;
Adorable en cuanto aberrante,
Como lienzo en blanco
Por un cirujano plástico.
Soperútano,
Perhuétano,
Pero hueta no,
Es muy poco,
No alcanza, su majestad, pues es indigno,
Para ti:
Licenciado,
Diplomado,
Magister y
Doctorado
En chupar pico / chaleco amarillo;
Atorrante
Imbécil,
Execrable
E inexpugnable de amor
Incluso por su madre,
Que bien pudo haber hecho en abortarte;
Esperpento irremediable;
Batracio;
Bodrio;
Disparate.
III
Metralla
Entras,
Me ves,
Sonríes
Otra vez.
Tus labios saben
Tan bien
Untados en sudor
Al oler
Toda tu piel:
Me ahoga;
Asfixia;
Ahorca.
Deliro
En el castaño
Redondo,
Absoluto,
Profundo
De cada hilo;
Pigmento
Que observa
A través de mi…
Invisible soy
Cada vez que voy
Acercándome hoy
Al silencio rotundo;
Espacio absurdo
Que existe entre dos.
Lo que nosotros nos
Hemos dicho,
Bien dicho
Y maldicho
En cada camino,
Y Respiro
Que dimos
Y vimos
Hasta llegar ahí
(Henos aquí),
Me lleva a decir:
¿Quieres morir?
Yo en ti si,
Espero que sí,
Esta vez si
No hagas trampa
No escapes,
Te fugues,
Desaparezcas
Ni asustes
Porque más de una vez
Escapaste,
¿De mí?
De ti.
No mientas
Porque te vi
Llorar
Y lamentar
Que no estuviste ahí
Y henos aquí.
¿Quieres huir?
Te puedes ir,
En cuanto devuelvas
De entre tus labios al fin,
Sin ninguna vergüenza,
Lo que creí era mi lengua.
IV
Fusilamiento
Tomo mi pistola;
Recargo.
Te digo que ya es hora;
Reza.
El miedo no me deja;
Cierro los ojos.
Me dices que no tema
Solo con la mirada.
Con tus manos en la espalda
Y la muerte solo a un paso
Todo habrá acabado.
Y entonces…
Acaba.
Te paso un papel
Y te limpias la cara.
V
El Mediocre
Sarta de mentiras;
Hilaciones sin salidas:
Conjuros que reverberan
En retretes que obnubilan
A mi mente
Que comprende
Solo de aquello que si siente,
O que subentiende
Como engaño del subconsciente
Pues soy lo que no pienso;
Existo luego resiento.
Soy una ondulación del tiempo
Difuminándome en el mar,
En su infinita serenidad
Donde no soy más que una espinilla
En el rostro, el espacio y su lienzo;
No soy más que la arena
Que golpea tu cara por gracia del viento,
Y miento
Pues me doy más importancia
Que un zurullo naciendo de un recto,
Que observando hacia arriba,
Al aprender a nadar,
Hace más poesía
Dejándose llevar
Que un montón de cagones,
Pusilánimes y cobardes,
Cada vez más profundo
Hacia la oscuridad,
Ahí he de convertirme
En navegante agraz:
Incompleto,
Poco cuerdo,
Que nace nada sabiendo
Y muere por gracia
De la ignorancia
Que abraza su espíritu
Al alcanzar el silencio.
Entonces:
Ven aquí
Desenfunda tus libros,
Predica para mi
Orador de costal;
Mojón mal cagado;
Filósofo de postal;
Matemático uniformado;
Ponte tu corbata,
Asume posición,
Pequeño hombre gris;
Mediocre sin razón.
Eres lamentable;
Deplorable;
Y le daré más importancia a tus palabras
Cuando vuelvas a mí
No siendo ya una alimaña,
Sino siendo un animal
Lamiendo tus heridas
Infectadas;
Con tu mirada marchitada,
Entonces, postrándome ante ti,
He de decir:
He aquí al perro,
He aquí al sabio,
Pues todo perro
Crece sabiendo
Más de lo que tu,
Humano, crecerás creyendo,
Enfermo sin corazón;
Animal traidor de su esencia;
Hombre de poca pasión.
VI
Oda A Mi Vecina
Definitivamente,
Mas poco sorprendente,
Detrás del ventanal viéndote
Y aun siendo poco exigente
Es que nunca me gustaste.
Por más que te observare frente a mí,
Aun así,
Nunca pude ver en ti
Algo que me llamare la atención
Más que el morbo de la ocasión
Como ésta
En la que gesta
Una trifulca en mi pantalón,
Que lucha por salir,
Abrir el cierre frente a ti
Y algo más,
Lo que sea que se pudiese abrir
Entre semejantes atributos,
Poco modestos por lo demás,
Pero este día he de decir,
En este pequeño homenaje,
Que ojalá viviera rey Arturo
Para poder sacar a excalibur de entre las dos rocas,
Al menos en mis pensamientos.
VII
La Danza Del Dios Rojo
“Así fue, como al erigir mi cabeza sobre mi hombro derecho, pude divisar a la muerte persiguiéndome desde el atardecer, ahí, desde el oriente. Sin embargo, hacia el occidente divisaba la recompensa: el amanecer de revés llamándome con sus brazos abiertos - ¡no bastarán tus rápidas piernas para alcanzar la habilidad de las mías danzando! - le dije mientras bailaba sobre los huesos; mis huesos; ¡los restos de aquellos que vivieron dentro de mi antes de mí!”.
VIII
Mutismo
Mi lengua estorba
Como una papa en la boca
Tapando lo incontenible;
Sellando lo insostenible;
Ocultando lo inmiscible,
Para mí, con la verdad
Y me atraganto
Con un gargajo de veneno;
Me siento sediento
Y ya el alcohol no surte mayor efecto,
Y es que la verdad no es ya bienvenida
Fuera del reflujo estomacal
Donde es mantenida
Prisionera,
Esperando por el tiempo ser perecedera
Aun cuando me quiebra
Los dientes,
Aun cuando me encarcela
A regañadientes
En mi prisión infinita,
Mi cuerpo,
Donde yo muero;
Donde no me quejo
De quien no escucha
A un hombre
Que nunca dijo palabra alguna.
IX
Mea Culpa, El Mierderum
“las comas van aquí
Y los puntos van allá”,
Dicen los jueces y críticos
Al leer las basuras
Que escribimos por acá.
“la 'coma' va antes de
‘-se una poronga’”, espeté,
Y es que los pobres,
Entre el basural,
Estamos felices de descomer
- nuestros poemas -
Y en un ventilador oxidado
Tirarlos al viento.
“oh perdón, ¿acaso lo ensucié?
Discúlpeme usted
Questa puntuación
Y pésima dicción
Huela tanto a mierda,
__________________________Es la mala costumbre
__________________________De hacerme el cagón
__________________________Entre mis cuadernos;
__________________________Y la poesía tan cutre
__________________________Escrita con crayón,
__________________________¿O fue acaso estiércol?".
El alcoholismo y la ignorancia
No hacen buena mezcla
Y yo ya no lo recuerdo;
Enséñeme usted, sudivinagraciada,
A escribir una buena gesta
Que recuerde hasta el oligofrénico
- Y haga enloquecer al esquizofrénico –
Algo erótico y sensual para eyacular a los ninfómanos;
Algo pícaro y ridículo para reír a los satíricos.
Ignore nuestras risas, no nos reímos de usted,
Nos reímos con usted.
Si quiere algo de tinta…
Lo siento no tenemos,
Pero ocupe la de su boca,
Espere…
Le traigo papel negro...
Y cuénteme como llega con su boca
Tan abajo hasta su miembro,
Majestad excelentísima.
X
Rapsodia De Un Ofendido
Soy un
Cochino;
Asqueroso;
Roto;
Picante;
Ordinario;
También un
Gorrino
Y piojoso;
Tosco;
Infante
Y chabacano,
Según me dijo aquella tarde una dama
De talla muy alta;
Compostura agraciada
Y mirada gallarda.
Mientras que yo, severamente ofendido,
Me ajusté el pantalón sucio;
Arremangué mi camisa de aspecto turbio,
Largo tiempo ya transparente en sudoración,
Y exclamé: ¡si!.
XI
Oda A La Página De Los Cuentos
“los poetas beben
De su propio semen”,
Me dijo entre versos
Un antipoeta ebrio,
Mientras yo estoy aquí
Nadando entre el dellos…
Que molesto…
“las páginas de cuentos
Se construyen sobre el ego;
Ese pequeño cuentero”.
-debí de preverlo-
Pienso
-debí traer un snack-
Me reprendo
-debí comprar un esnorquel-
Concluyo
(y me sorprendo),
Y carcajeo,
Inconteniblemente,
Hasta estallar
-¡ahora entiendo a los ebrios!-
¡Cuánto material para burlarme aquí tengo!,
¡Si antes hubiera sabido
Que para escribir unos malos versos
Se necesitan tres botellas
Y una página de cuentos!...
¡TIEMBLA NERUDA!
XII
Oda A La Página De Los Cuentos, Segunda Parte
Adjunto a lo anterior:
Ya lo preví, compré mis snacks y me puse un esnorquel, ahora sigan peleando, manga de poetas.
XIII
Soy Un Mono Tirando Maní A La Jaula De Los Humanos
-¡UH UH UH UH!-
XIV
Se Busca; Desaparecido
Ha pasado tanto tiempo,
¿Cómo he podido olvidarlo?.
¿Qué fue de aquél
Que buscaba la muerte?;
¿Qué fue de él
Que vagaba por los valles
Rodeado de gente
Y aun sin ninguna,
Y así con soltura
Sin nada de arraigo;
Con sus pies flotando
A la deriva como un ente?.
¿Qué fue de él
Que pretendía ser veneno?;
¿Qué fue de aquél
Que quería por su cuerpo
Poder por su bien ser
Aquello que pudriera
Lo que vivía en sus adentros
Y yacía más adentro,
En sus jardines de calas
Como dijo a sí alguna vez
En otros cuentos,
Cuando no quería
Ser quien
Pusiera el pie de pleno
A fondo, a fuerza, al freno?…
Parece que murió.
No lloro en su tumba.
¿Qué fue de aquel
Sobre el que brindo mis culpas?.
XV
Hemiplejía
Dividido en dos;
Partido en el corazón
Es que yo me encuentro,
Aquí me siento
En agonía,
Mas intacto;
Insanamente sostenido,
¿y qué?
Para vaciarme;
Pene erecto;
Directamente hacia el vacío.
Anda tú a saber
Lo que encuentro ahí al ver
Directamente hacia la tumba.
Espíritu fugaz
El mío.
¿Cuánto tiempo queda?.
XVI
Pico, Zorra Y Semen: En Defensa De Lo Blasfemo
Pensaba escribir un gran poema defendiendo a algunos poetas de esta página pero no. Lo diré corto y simple:
1. Váyanse a la mierda todos los que creen que la poesía y la escritura en general ES (“debe ser o no será”) bella.
2. El objetivo de la escritura es “generar” en el lector, si el objetivo era hacerlo vomitar y lo logró (en sentido figurado, por supuesto) entonces bien.
3. Lo lamento pero las poesías que le escribiste a tu esposa para el día de la mujer valen cinco hectáreas de callampa, ella te caga con el vecino.
4. En ese mismo aspecto si crees que la poesía debe ser bella y por tanto escribes solo intentos de poesía apolínea, hermosa, maravillosa y preciosa pero terminas provocando solo lo contrario entonces no abriste lo suficiente tu corazón y por tanto no te sirve, y si a ti no te sirve a mí tampoco.
5. Si el soperútano que escribe textos sobre zoofilia y excreciones corporales escribe algo que me hizo reír o me dio asco, sinceramente, me quedo con él antes que tener que leer a diez intentos de Ricardo Arjona escribiendo poesía en esta puta página.
Me tienen cansado con la idea de ser bellos, lindos y bonitos. No son capaces de leer un par de garabatos sin ponerse a rezar, lamescrotos de mierda mal cagados. |