La insatisfacción, no siempre es buena

No podía pasar un día sin prender la radio, y escuchar su disco favorito. Ese que tenía hace mucho tiempo, el con la mejor caja, sin ninguna raya, se escuchaba perfecto. No lo podía escuchar despacio, tenía que ser al máximo volumen que daba la radio. Que toda su familia sepa, que estaba pasando por el 2° mejor momento del día... el 1° quizás lo leerán en el transcurso de esta pequeña historia, o quizás ya se lo estén imaginando...
Apaga la radio y piensa: ¿ Qué haría sin no tuviera este CD?... ¿ Qué sería de mí si no existiera este grupo de jóvenes?, que todos saben viven en un mundo totalmente diferente al mío. Son muy diferentes a mí. Pero sin embargo, me encantan, los quiero y me dan momentos de mucha alegría y hacen sentirme feliz. Le encantaba lo diferente a él. Mientras más diferente era algo, más atractivo era para él, más le interesaba saber sobre aquellos personajes que están consumidos por las drogas... pensaba que quizás fumando hierba o tomándose un par de pastillas, se sentiría seguro para pescar una guitarra y poder agradar a la gente con un sonido espectacular y una afinada voz...
Pensaba eso, pero sabía en el fondo que no era la solución. Ni el cigarro le agradaba, le producía asco, rechazaba todo tipo de cosas que pudieran llegar apropiarse de él...
Supo sin embargo que algo lo estaba consumiendo... era la lectura, cada día, antes de dormirse debía leer un rato, sino no lograba descansar hasta la mañana siguiente..., luego de leer parte del libro, se arrodillaba en el frío piso de su pieza, frente a una cruz con Jesús crucificado, y rezaba un buen rato...
No sé que hacía, no le encuentro sentido a eso, pero al parecer él sí. Cerraba los ojos, juntaba las manos. De repente se desmayaba y se despertaba ala mañana siguiente con el sol en los ojos. La cama desordenada, y él, ni siquiera la había ocupado. El decía que era Dios quien dormía en ella...
Después de un tiempo, se le acabaron los libros. No sabía que leer, así que decidió escribir uno. La única idea que tenía, era que lo debía hacer, como sea... pero dentro de un determinado tiempo, tendría que estar terminado. Sea fome, entretenido, repetitivo o como sea...
Nunca pudo terminar el libro, supo que no servía para eso, así que decidió hacer una gran fogata en la playa, junto al mar, pájaros, su CD favorito del que les hablé y mirando una noche preciosa con unas increíbles estrellas. Lo último que escribió, fue lo que sentía en ese momento... era decepción e insatisfacción, decidió tirar todo al fuego, veía como todo se convertía en cenizas. Le dio pena... comenzó a gritar, la gente salió desesperada de sus casas, pero cuando llegaron parecía que era tarde. Lo único que veían eran mas cenizas de las que podría haber visto él...

FIN