Los matachines tienen su origen en los países árabes, es decir, son las personas, que se ponen caras de diferentes motivos, lo que dio inicio a que las personas usaran máscaras coloridas, que son utilizadas, en los carnavales y festividades, como el aguinaldo boyacense, las festividades decembrinas en Socotá, los carnavales de negros y blancos en Pasto o los carnavales de Barranquilla, entre otros.
Los matachines son personas que se disfrazan individualmente o en grupos, con ropas muy coloridas, con vestidos típicos y máscaras de diferentes rostros, de animales o de humanos y que danzan folklóricamente, gritando arengas, como guijiji, guijiji, guijiji, en desfiles por las principales calles de las poblaciones o ciudades.
Los misioneros para evangelizar a sus pueblos utilizaron esta forma de pedagogía, mediante danzas, cantos, música, y con los rostros pintados, completando su atuendo con sonajeros o cascabeles que cuelgan del traje, o haciéndolos sonar con sus manos o en los pies.
En Socotá, los niños y jóvenes en época previa a diciembre se reunían por grupos de amigos y fabricaban las máscaras con diferentes motivos, haciendo alusión al diablo, personificándolo de la manera más brusca y feroz, al igual que plasmaban en sus obras de arte, rostros de animales o personajes mitológicos o de personas conocidas de la televisión, utilizando sus moldes de arcilla, forrada con papel periódico y pegada con engrudo, para luego de unos ocho días, proceder a darle el colorido con pintura.
De igual manera, se pasaban por las famas o carnicerías y estaban pendientes de cuando sacrificaban algún animal, para comprar las vejigas de animales como las vacas o toros, las ovejas y cualquier animal que pudiera tener una vejiga suficientemente grande, para inflarla y ponerla al final del juete, con el que castigaban a sus contradictores.
Para resaltar la fiesta decembrina, encontramos también, el oticón, las carrozas y las comparsas, para después asistir a la novena de aguinaldo, terminando con las verbenas populares, el chirrinche, la chicha y otras bebidas embriagantes más refinadas.
En la pandemia por la COVID-19, algunos de los eventos de la programación del aguinaldo, pueden suspenderse o modificarse, pero en esencia, los matachines siguen siendo los mismos.
Empieza el siete de diciembre, con el día de las velitas, la inauguración del arbolito de navidad y el pesebre, la iluminación de las calles y casas y la verbena popular en el parque, acompañada, con el famoso “canelaso”, rematando el ocho, con las celebraciones, en honor a la inmaculada concepción.
Del dieciséis al veinticuatro, “el festival del retorno y la confraternidad “, hay desfile de disfraces por las principales calles, como guijijies, diablos, mancarrías, osos etc., a cargo de las veredas, barrios, entidades públicas y empresas privadas, especialmente las dedicadas a la explotación de carbón, terminando, con la novena de aguinaldo, y en la noche la verbena popular con agrupaciones musicales de gran reconocimiento.
La función del aguinaldo es integrar a los habitantes de las veredas con los del perímetro urbano y visitantes, con manifestaciones artísticas alegóricas a la navidad, decorando las calles, plazuela, plaza y casas con alumbrados navideños, rematando con los fuegos pirotécnicos.
Por definición el aguinaldo es un regalo que se da a una persona, en agradecimiento por algún servicio prestado, a un personaje que requiera de caridad o por simple amistad; también puede ser, aquel donativo que se da en recompensa por la interpretación de algún villancico, que se canta por estos días.
Las remuneraciones que las empresas le dan a sus trabajadores en el mes de diciembre, como prima de navidad o las sorpresas que las empresas le entregan a los hijos de los empleados, como regalos.
En Socotá, se combina, la fiesta con el trabajo y producto del trabajo son los aguinaldos y los aguinaldos en Socotá, son sinónimo de fiesta, por eso en esta época de navidad, los socotenses y visitantes, gozan del aguinaldo socotense.
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