Algo largo, para una idea corta
Creo que tengo ganas de escribir. Pero me da lata, ¡que incoherencia!. Pero me pasa, y a veces me pasan cosas más incoherente que esas. Quizás todo esto es mentira. Quizás también, no pasa nada dentro de mí, y estoy completamente normal. Pero sin embargo, lo sigo creyendo. Y por la simple razón de que no tengo argumentos para negar, todo lo que me tiene de una u otra forma... anormal.
Miro al chofer del bus. Pienso que este bus es peor que el último que me subí. Sin embargo, no se porque es más caro... pero da lo mismo. Vuelvo a lo de antes, me doy cuenta que el chofer tiene pocos pelos en la cabeza. Me gustaría seguir describiéndolo, pero no puedo. Solamente alcanzo a observar los pocos pelos que conserva en su gran cabeza.
Estoy muerto de sueño, apenas puedo pensar. Y creo que tengo suerte de tener fuerzas, para poder agarrar este cuaderno y este lápiz. Sigo pensando en ella y también pienso, en porque no le puedo decir todo lo que siento. ¿Por qué a veces hay que esperar mucho, para que quizás resulte o pase algo?... yo creo que nunca pasará nada. No es pesimismo como podrían decir unos. Es realismo como dirían otros... creo.
Quiero escribir acerca de otro tema. De no escribir siempre acerca de lo mismo. De ella...
Me gustaría quizás, inventar un cuento sin título y libre de todo. Preocuparme solamente de que sea bueno. No preocuparme de las comas, puntos seguidos, apartes e intentar cometer un gran número de faltas de ortografía (si hago eso último... ya no sería libre de todo), preocuparme también de que me guste a mí y que le desagrade al resto. Quizás sea bueno intentar hacer algo así. Si todavía no te aburro, lee el cuento que sigue a las 5 siguientes palabras. Si estás aburrido, intenta leerlo...
Era un día que nunca pudo oscurecer. Nadie quiso prender una luz, porque no se justificaba. Pero él, la prendió. Solamente por rebeldía e intentar llevarle la contra a toda la gente. Pensaba que lo que él hacía, era algo de suma importancia, y que todo la gente se daría cuenta de ese acto. Pero no fue así. Lo que él había hecho, era un detalle. Lo que verdaderamente a la gente le importaba, era que el sol, estaba desvelado y no quiso nunca irse a descasar y dormir hasta el día siguiente. También pensaban en que la luna, se quedó dormida en la siesta típica después de almuerzo. O simplemente, que la tierra se había cansado de girar. Entonces el sol, también luego se cansaría, porque no pudo irse a dormir. Por consecuencia de todo eso, todo terminaría en el momento en que nadie se lo esperaría.
A él. No le preocupaba mucho esto, de que no hubiera oscuridad ni tranquilidad tampoco. Lo único que él hizo, fue tomar una de las tres opciones del porque no había oscuridad. Da lo mismo cuál había sido su opción. Eso no le importaba a nadie. Ni siquiera a él le importaba su decisión. Seguía fumando, y sabía que con cada aspirada más, volaba un poco más alto. Y le gustaba eso de sentirse extraño, con un poco de hierba que le había costado mucho trabajo, conseguirla... ¿A quién no le gustaría estar así?. Se preguntaba él. Le encantaba sentirse extraño o anormal, frente a todo lo que lo rodeaba. Y así, poder ver una realidad entretenida, en una irrealidad aún más entretenida.
Con todo esto. Pudo ver la luna y las estrellas en el cielo, que echaba tanto de menos. Se sentía más solo sin ellas. La ausencia de esos astros, lo hacían hacer cosas para llamar la atención y poder probar de que él sí, ocupaba un espacio más acá en la tierra. El problema, era que no sabía cuál era su lugar.
A la mañana siguiente, todo fue al revés. Ahí estaba la luna, pero el amanecer, nunca llegó. Esta vez lo único que llegó, fue el “fin del mundo”. Pero no para el pueblo. Sino que para él. Pero tampoco para él como persona. “Si no para su lugar que tenía en este mundo, lo perdió por salir a buscarlo..."
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