Buenos aires, 23 de septiembre del año 2245. ¿Ustedes dirán, escribo sobre algo que paso ese día? Pero cuando la respuesta es NO, piensan para que esta puesta la fecha. La misma es para darle un valor real de un espacio de tiempo, un espacio temporal.
Mi nombre es Arturo Bracamonte, periodista de profesión. Cursando mis últimos momentos en el oficio de investigar, pensar, descubrir y escribir de la mejor manera posible las noticias que van apareciendo o las que uno va encontrando o buscando. Esta vez, al carecer de una noticia que se lleve todas las miradas, quise escapar de una frivolidad y escribir algo que nos atraviesa a todos. Mi jefe me pidió una columna especial y yo… mientras lo miraba, pensé, ¿que significaría especial para él? Un tipo de pocas palabras.
Me senté en la computadora, hoja en blanco, y dejé volar la cabeza para que las palabras empiecen a venir solas. Y así fue que comenzó a escribirse una pequeña columna, una pequeña historia de lo que nos viene sucediendo día a día, desde hace muchos años. Las pandemias, de diferentes maneras, de diferentes orígenes hacen que el mundo se reorganice para sobrellevar y cuidar a la sociedad, como también son parte de la evolución. No solo de argentina, mi país, sino a nivel global...eso significa la palabra pandemia. Algo que amplifica a nivel mundial con un punto de origen, muchas veces detectado y otras no. En este caso, ¿Importa que Argentina sea potencia mundial? ¿Que todas las miradas del mundo occidental este atenta a los pasos que da el país para poder seguir? ¿Que la esperanza del mundo radique en nuestro país? Es un orgullo y también una responsabilidad.
Al empezar a escribir, recuerdo los cuentos y las charlas que tenia con mi abuelo donde me contaba de su niñez, incluso hablaba de situaciones que le contaba su abuelo y que era una tradición familiar. Los abuelos les hablaban a sus nietos de sus vivencias y de lo que sus abuelos les contaban, eso marcaba una línea temporal que se podía extender en el tiempo durante muchos años, muchas generaciones y la historia familiar sigue vigente a través de la palabra. Hoy, yo hago lo mismo con bautista, mi nieto. Le cuento mis vivencias, mis experiencias y también las cosas que mi abuelo me había contado de él y de sus antepasados. Por eso no exagero al hablar de la pandemia mas larga del mundo, una pandemia sin cura, donde ningún libro pudo encontrar cual fue su origen real. Hipotesis, libros e historias hay por demás. No se sabe en que ciudad o país del mundo nació. Tampoco tiene una fecha de nacimiento. Si, se la cataloga como la pandemia mas vieja del mundo y doy fe de eso. Una pandemia que mucha gente quiso encontrar su cura, pero todos sus esfuerzos resultaron en vano. Otros dicen que el sistema se los comió. Otros que al ser una minoría es imposible luchar para ese cambio, sobre todo cuando esa mayoría no se reconoce como tal, no reconoce que tiene ese mal y hablan desde la minoría. Y como toda pandemia, sigue infectando al mundo, país por país, ciudad por ciudad, persona a persona.
Hoy, aunque me digan que no es así, parte de nosotros sabemos que sí. Y aunque un trueno nos quiera despertar, la pandemia ya esta instalada y sigue infectando a través de los siglos. Incluso los científicos no saben si se origina en un virus, bacteria, es genético o que. Pero todos coinciden que esta, esa enfermedad es real. ¿Como se llama? me preguntarán. La pandemia mas larga del mundo, la que no tiene cura es la CORRUPCIÓN.
@nahuelroig24 |