Parece que no poso mucho de aquel memorable instante.
Esos segundos que mi vista conoció tu pequeña imagen.
Mi corazón estallo de goce al verte.
Mi pequeña descansabas en tu cofre de vidrio.
Tras la ventana de neonatología pude admirarte.
Eras muy pequeña mi delicada mariposa.
Verte era como volver a encontrarme con tu madre bebe.
Si lo se ella pesaba el doble que vos.
Aunque tu porte era diminuto irradiabas fortaleza.
Veinticinco años de aquella mañana calurosa de febrero.
Sin embargo se sienten como si el tiempo no hubiera transcurrido.
Paso a paso te has convertido en una mujer decidida
Tus proyectos han madurado dándote frutos.
Has ocupado tu capacidad para hacerte un futuro.
La mediocridad nunca ha sido tu finalidad.
Siempre has estudiado para destacarte.
Sobresales por tu dedicación.
Tus metas las tienes muy bien programadas.
Sabes a donde quieres llegar.
El tesón marca tu intención.
Has demostrado tener una voluntad férrea.
Aunque en estos veinticinco años has transitado episodios incómodos.
Nunca te has desviado del camino que te propusiste.
Deseo que nunca por nada ni nadie pierdas tu esencia.
“Los valores de quien vive en tu interior”
Que no te atrevas a fallarte a vos misma por nada del mundo.
“Que sigas siendo autentica”
¡Veinticinco años!
Tu Iaia te sigue queriendo mi pequeña Flor.
Aunque pensemos diferente.
Cuando naciste me robaste el corazón.
CAL.COR
Texto agregado el 08-02-2021, y leído por 96
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Lectores Opinan
09-02-2021
—También he visto, a través de un cristal, vida pequeñita luchando con fuerzas enormes por la vida con la vida. Dichosa tú al ver como en estos veinticinco años esa pequeñita flor creció, se desarrolló y hoy es tu gran orgullo. —Un abrazo.
vicenterreramarquez