Amor parte 10

Ximena ya estaba recuperada del golpe en la mano, tenía un poco del dolor, pero se sentía muy bien. Después del trabajo salió a comprar una cajetilla al mismo lugar en el que Matías la vio por primera vez. Paola le llamó a su amiga y se enteró del lugar en el que se encontraba. Era la oportunidad perfecta.
Ximena estaba en la tienda mirando algunos artículos cuando por fin se dio el momento.
-Ella está dentro. Voy a verla, y tú llegas. Te saludo y te la presento y ya está.
- ¿Así nada más?
-Sí, no tiene gran ciencia.
Paola entró a la tienda y se encontró con su amiga, platicaron de cualquier cosa hasta que por fin se atrevió.
- ¡Mira nada más! – dijo Paola sorprendida – ¡pero si es mi amigo Matías! ¡qué gusto! – Paola era muy exagerada.
- ¡Ehh! ¡Qué tal! – dijo el hombre.
Nadie se movió ni dijo nada.
-Ella es mi amiga Ximena – Paola presentó a su amiga que iba vestida con ropa un poco más ajustada que la holgada que acostumbraba usar.
Se dieron la mano cordialmente y se miraron a los ojos, eso es muy incómodo para algunos, pero para ellos fue algo único, los dos vieron el alma que tiene uno del otro y se dieron cuenta de lo que se hacen falta.
-Mucho gusto – Ximena siempre fue muy linda persona.
El ambiente era incómodo. Pero Paola lo resuelve de inmediato. Entraron al restaurante de la tienda, ellos debían conocerse, pero ninguno de los dos platicaba nada.
-Bueno…ya digan algo – Paola comenzaba a ponerse nerviosa – ¿Les comieron la lengua los ratones?
- ¿De qué quieres que hablemos? – le pregunta Ximena.
- ¿Cómo sigues? – pregunta Matías.
- ¿De mi mano? – pregunta extrañada y en ese momento lo identificó. Era el hombre que la llevó al médico. – Bien. Me duele un poco pero ya no es tanto. No logro entender mi caída. Fue de la manera más pendeja.
Matías la miró extrañado.
-Es área de fumar así que me van a disculpar - sacó su cajetilla y le ofreció a Matías – ¿Gustas?
-Gracias. Pero no fumo.
-Yo tampoco, pero desde que…. Bueno regresó el vicio.
Paola no paró de hablar en toda la noche, pero aquellos dos se miraban de repente. No podían evitar que ahí había atracción.
Salieron del lugar para digiriese cada quien, a su carro, pero Paola debía dejarlos solos.
-Me tengo que ir – Paola necesitaba huir. Estaba de más.
- ¿A dónde vas? – dijo de inmediato Ximena.
-Mis sobrinos. Tiene resfriado así que voy a verlos.
La mujer se alejó para dejarlos en el estacionamiento, la noche reinaba. Él no sabía cómo actuar frente a una mujer, no sabía cómo conquistar.
-Ya es tarde – Matías andaba en la calle a altas horas de la noche.
- ¿Te perece que es tarde?
-Demasiado tarde – Matías miró su reloj.
-Pero son las nueve de la noche.
Quedó cómo un anticuado.
-Si gustas nos podemos poner en contacto – Ximena estaba emocionada por aquel hombre alto que la miraba diferente que los demás.
-Pero ¿cómo? – preguntó el anticuado
-Pues por redes sociales.
La mujer subió a su camioneta y se fue del lugar.

Continuara…