Y te siento...
como te pierdes
en la transparencia del olvido
con tus ojos profundos
anegados de silencio…
y el eco de tus pasos,
(teñido de la lava)
que llueve sobre tus manos.
(relampaguea)
sobre mis sienes
y curte mis lágrimas
(ultima ofrenda)
que mi cuerpo vierte
en tu nombre...

Y te veo...
(como te desdibujas)
de mis besos
recorriendo los recuerdos
que otrora fueron
centella y piel
como el negro de tus pupilas
(más negro que nunca)
borra mi mirada
de tu horizonte
y revierte
(sin clemencia)
_mi acto de fe_
en el destello
(de la certeza)
que precede
a la ultima migración
de tus devaneos...


Y te pierdo...
sin haber podido sujetar
aquella tormenta
en la que bautizaríamos
nuestros nonatos anhelos
sin la huella de las canciones
sobre las cuales
recorreríamos el viento
y que nos evocarían
cuando
Nuestras ausencias
Se hicieran amas del tiempo
Sin las noches fecundas
De miradas robadas
Entre pactos de humo
Y promesas sin velo...


Y sigo...
En mi vereda de desencuentros
En mi vaivén profano
De exorcizarte de mis huesos
(Así sea con fuego)
Recordando que te olvido
Memorizando que te pierdo
Inventándome otra memoria
(Plagada de otros besos)
_Que me ciñan_
Cada vez
Que mi corazón te invoque
Cada vez
que mi alma
Regada para tu partida
En arranque y fuga
(Te implore)
Un último beso...


Y voy...
Con los hombros preñados
De bruma
Con la sonrisa agonizante
De mi último reto
(Enarbolada como insignia)
De tu lejanía
Y sin vuelta ni retorno...
Recojo...
el cadáver de mi sombra
Y vierto las últimas cenizas
(Del instinto)
_Como abono_
Para las rosas
Que sembrare
En el nombre
Del olvido…

Y así...
Si más,
(simplemente)
Seguiremos
Cada cual
De espaldas
(En pugna interna)
Con lo sentido
(En revuelta iridiscente)
con lo inconcluso
Frente a frente
Con el reflejo hueco
De la tristeza
Que nos viste...


Y hasta que el tiempo
_Nos inmole_
(De nuevo)
Sobre el mismo
Vértice…
Prometo
Sonreírme
Cada vez
(Y todas las veces)
Que tu también
me olvides…




...


(silente)
















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