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Tu alto moreno de ojos color café, apareciste con traje negro, en la puerta de la iglesia del pueblo, junto al viejo sacerdote, en instante mi corazón se detuvo, tu sonrisa, tu estampa varonil. Calo fuerte en mi alma, desde entonces supe que eras el destinatario de mi primer beso. Todas las tardes iba y me sentaba en el primer banco de la parroquia vara verte pasar, con estampa varonil y tu sonrisa llena de ternura y encanto. Tanto te adoraba que de noche soñaba con estar en tus brazos, y quedarme ahí para siempre. Pero cuanto nuestros ojos se cruzaban, bajabas la cabeza, y sin decir nada te ibas, dejándome perdida y sola con ese amor que ya no podía ocultar, no entendía por qué tanto silencio, esperaba una palabra tuya que nunca llego, mientras mi ansias por tus besos crecían , te vea cada día más lejos de mí, como si algo se interpusiera entre los dos, que podía hace más que imaginarte en mis noches, y extrañarte de día. Llegue a conformarme con verte de lejos. Y quedaba en la plaza hasta que cruzabas la equina y te perdías entre la gente, mi cuerpo se estremecía de solo pensarte cerca de mí, pero huías cuando me acercaba, que podía hacer para que entendieras cuanto te amaba, que solo tuyo serian mis besos, que nadie nunca podría hacerme sentir así, tan plena tan viva, con tantas ganas de sentir tus labios en los míos, m me moría de amor y de soledad. Hasta que un día mi sueño parecía hacerse realidad, cuando te vi parada en frente a mi puerta, pero cuando quise arrojarme en tus brazos, sentí el frio rechazo de tu cuerpo asía el mío. Cuando me apartaste d etu lado, creí morir d dolor, no entendía por qué me alejabas si era el momento de nuestro primer beso, solo tomaste mis manos, me dejaste en ellas una carta, y sin decir nada, te alejaste, destrozando mi alma en mil pedazos, ahí entendí que para mi desgracia porque nunca serias mío, estabas consagrado a servir al señor y la iglesia, mi amor era prohibido, me sentí manchada, sucia por dentro. Porque sin querer intente alejarte de tu camino. Llore días enteros, me confesé pedí perdón de mil maneras, y con el correr del tiempo, llego el verdadero amor que hoy es el dueño de mis besos, pero en mi memoria quedo aquel recuerdo, de una amor que solo fue mío o no, eso nunca lo sabré, por eso estoy frente al lugar que elegiste para servir, mirándote en silencio, sin que sepas que estoy ahí, pone broche final a mi historia de amor prohibida ,cierro los ojos , y te busco en mi recuerdos, guardando todavía en mi almohada ,el recuerdo de aquella ilusión de ser yo la dueña de tu corazón, que nunca mío y de aquel ansiado beso que nunca me diste. |
Texto agregado el 05-02-2021, y leído por 102 visitantes. (1 voto)
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