Graznan las gaviotas sobre el acantilado
Las olas terminan como blanca espuma a sus pies
El mar es un manto iridiscente brillando bajo el sol del poniente
Bronco, insondable y en perpetuo movimiento
Lo contemplo desde mi habitación en penumbras
A lo lejos una embarcación se difuma con la neblina
Fumando lentamente un cigarrillo siento que el mar habla, brama, canta
a veces asusta y otras veces arrulla
Una melodía que se pierde en el principio de los tiempos
El cielo plomizo anuncia una fina garúa
Saldré a caminar por la playa
Y la lluvia y las gotas del mar
Aplacaran esta infinita tristeza que a veces me asalta
Y luego regresaré a terminar de escribir un poema inconcluso
Texto agregado el 01-02-2021, y leído por 109
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