Rosas, amarillos, añiles, rojos, verdes, blancos, naranjas,...
toda naturaleza está llena de ellos.
Plasmada en esas criaturas tan insignificantes ante el ojo humano, llenas de vida, creciendo, encojiendose cada noche, muriendose.
La muerte toca al negro y así su fin, llevándose consigo su suspiro, su aliento y dejando atrás esos capullos florecientes que darán lugar a una manta esplendorosa, moviéndose al ritmo que dicta el viento.
Mis ojos lo ven y se aprovechanb de ello, los lleno de vidas y color.
Ahora respiro hondo y todo su perfume me embarga, lo noto dentro de mi. Esos troncos marrones, vigorosos, esas ramas y hojas verdes meciéndose, bailando, su latido es mi latido y sin esos colores yo muero. |