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Inicio / Cuenteros Locales / PsychoKid / Amistad extraterrestre, amor imposible

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Para ti, por ser mi fuente de inspiración y por darme el título del cuento. I love you.


Tan solo las estrellas se alzaban en el cielo iluminando aquel descampado ante la ausencia de la Luna. Los matojos se revolvían por el viento, al igual que las ramas de aquel viejo árbol que había en el centro del campo. Solo se oía el viento, el silencio era terrible y hacía presagiar algún extraño fenómeno, hasta que de pronto, fue interrumpido por el andar de un hombre que movía las piedrecillas que sus pies arrastraban. El hombre llevaba una soga en su mano derecha y en la izquierda, un viejo taburete de madera carcomida. Se acercó hasta el árbol y enganchó la cuerda a una de las ramas atando un extremo de la soga con un gran nudo. El otro extremo lo ató a la cuerda por la mitad y después coloco el taburete debajo. El hombre se subió al taburete e introdujo su cabeza en aquel orificio que acababa de crear y suspiró, y lloró. Levantó un pie y lo devolvió al lugar del que partió, volvió a moverlo, esta vez, para saltar del taburete, pero algo le echó atrás, un destello, un destello blanco que apareció frente a él. El taburete no pudo soportar el peso y quebró cayendo aquel hombre y quedando colgado por el cuello, perdiendo la vida, poco a poco.

-¿Estás bien?- Le preguntó una dulce voz-¿Me oyes?

El chico tan solo veía una silueta borrosa frente a él, que le sujetaba la cabeza y que parecía mirarlo. Intentó incorporarse, pero aquella figura se lo impidió.

-¿Por qué lo has hecho?¿Por qué lo has intentado?

-¿Qué me ha ocurrido? ¿Quién eres tú?

-Estaba paseando por aquí, estoy sola y no tengo nada que hacer, y te vi colgado, pero aun respirabas. Me acerqué y con cuidado te descolgué hasta posarte aquí.

El chico consiguió ver a aquella mujer. Era morena con grandes ojos verdes y una piel blanca. Sus labios eran rojos y pequeños y al hablar se movían juguetones bajo aquella perfecta nariz. La mujer vestía una camiseta de tirantes, tenía un gran escote, una minifalda enseñaba pícaramente las largas piernas que lucían además unas altas botas color negro con un pequeño tacón de aguja.

-No recuerdo nada…-dijo el hombre llevándose sus manos a la cabeza-Sólo recuerdo una luz, un destello que vi en el horizonte, nada más.

-¿Por qué has intentado matarte? Contéstame si quieres y si puedes

Y tras la amarga explicación de Leo llena de lágrimas, Laura le abrazó. Efectivamente estos eran los nombres de aquel hombre y aquella mujer, ambos solitarios. Cinco minutos duró aquel abrazo, y las lágrimas no pararon de brotar de ambos ojos, empapando las ropas de los dos individuos.

-¿Cómo te llamas? Se me ha olvidado preguntarlo…

-Mi nombre es… Laura. ¿Tú eres Leo no?

-¿Cómo lo sabes?

-No es muy difícil adivinarlo- dijo sonriente Laura mientras señalaba la camisa del chico.
-Se me había olvidado que mi nombre está escrito en la camisa. Oye, quería agradecerte tu preocupación, me gustaría quedar un día contigo. Estoy muy solo y necesito hablar con alguien. Si no es mucha molestia…

-¡No! Estaré encantada. Acabo de llegar y estoy bastante confusa. Me podrías enseñar la ciudad. Y no te preocupes por eso, no creo que esa sea la solución para un problema de tan poca importancia. ¿Qué te parece si quedamos mañana para tomar algo a las cuatro?

Un gesto de afirmación salió de Leo y la satisfacción le llenó. Laura acompañó a Leo hasta su casa, una bonita y antigua casita con jardín situada a unos veinte minutos del descampado, y durante el camino, Laura sacó cientos de carcajadas a Leo, provocadas por unas surrealistas frases y por aquella bellísima sonrisa. Nadie podría imaginar que aquel alegre chico había intentado tan solo unos minutos antes acabar con su vida, acabar con sus ilusiones.

Los días pasaron sin que ellos ni un solo día dejasen de verse, hablaron y Laura escuchaba y aprendía algunas cosas que nunca había oído, y Leo se sorprendía de aquella madurez, de aquel poder de convicción y de aquellas magníficas maneras de explicar las cosas que tenía esa bella mujer. Leo, olvidó gracias a ella las ganas de morir que en algún momento habían nublado su mente y vio como se llenaba de vida y de felicidad todo lo que la amarga desesperación había inundado, comenzando a entender, comenzando a olvidar, y comenzando a tolerar… Pasaban las tardes en un pequeño restaurante donde servían unos exquisitos batidos y unas jugosas hamburguesas, hablando sobre música, hablando sobre cine, creando e imaginando proyectos con gran ilusión y riendo, sobre todo riendo. En aquel restaurante había un apuesto camarero llamado Paul que se convirtió en gran amigo de aquellos dos amigos. Las horas libres o aquellas en las que la clientela era baja, las usaba para estar con ellos dos, y ellos tres pasaban juntos los momentos más dulces. Y Laura y Paul se convirtieron en los mejores amigos a los cuales quería como nunca antes había querido a nadie.

Pero no todo quedó aquí y tan solo unas semanas después, en una noche calurosa del noveno mes del año, Leo se dio cuenta del amor que había llegado a sentir por Laura y en tan solo unos días se lo confesó pues no podía mentir sobre sus sentimientos a una persona tan especial para él. Fue aquella noche cuando Leo se dirigió a la casa de Laura, dispuesto a contar todo aquello que sentía. Y en aquel salón iluminado por unas velas, ambos sentados en los confortables sillones color granate, comenzaron a hablar.

-Laura, he venido hasta aquí porque he de confesarte algo…

-No hace falta que me lo digas, sé lo que te pasa porque lo he notado y he de decirte que me siento profundamente halagada pero que es imposible, yo tan solo te quiero como amiga y es eso lo que seré siempre.

-¿Cómo sabes que te amo?-Preguntó sorprendido Leo

-Tus ojos lo han confesado todo, pero no estoy segura de si me amas de verdad, estás confuso en demasiadas cosas e igual confundes tus sentimientos.

-Sé que te quiero, sé que te amo, ¿Cómo podría demostrartelo?

-Besándome- respondió tajantemente Laura.

-¿Sólo hay esa manera?
-Únicamente existe esa forma de saber si es verdad o no.

-Pues lo haré.

-Bien, si así lo deseas se hará. Ahora podrás saber la verdad, ahora podré saber la verdad. Si me amas, tras besarme todo seguirá como hasta ahora, pero si no me amas, desapareceré.

-Sé que te amo- dijo Leo convencido- y sé que al besarte no pasará más de lo que ha ocurrir.

-Tus palabras son sinceras, puedo sentirlo, confío en ti, lo que pase yo ya lo sé, ahora has de saberlo tu. Adelante

Leo miró fijamente los verdes ojos de Laura y muy lentamente, se deslizó hasta alcanzar sus labios sumiéndose en la pasión. Laura gimió y cayó hacia atrás, su piel comenzó a palidecer mientras ella gritaba de dolor o de placer. Sus ojos verdes se agrandaban y se convertían en grandes óvalos negro azabache. Sus pequeños labios color carmín se plegaban dejando al descubierto un orificio plateado y su nariz se desprendía de su cara siguiendo el ejemplo de las orejas. Laura tomaba un color plateado mientras agonizaba en el suelo. Comenzó a suspirar dulcemente, intentaba hablar pero no decía nada solo emitía dulces suspiros, solo se retorcía en el suelo.

Leo cogió a Laura en sus brazos, no sabía que hacer, estaba horrorizado, ¿qué era aquello en lo que se había convertido, por qué había ocurrido al besarla? Leo intentaba hacer algo pero no sabía el que, tan solo miraba, tan solo abrazaba, tan solo besaba.

El viento penetraba por el ojo de buey y al chocar con las vigas de madera del techo producía un sonido que recordaba al de un Theremin. Laura cerró los ojos por unos instantes, y luego los abrió haciendo lo mismo con aquello que podía ser la boca. Esta vez habló.

-Sabía que sería así- dijo suspirando Laura- no quería creerlo, pero lo sabía. Tú me amas, pero yo no estoy destinada a estar contigo, hay…

Laura pareció por un momento ahogarse, pero enseguida se recuperó y volvió tan solo a gemir y a suspirar. Lágrimas surgieron de los ojos de Leo, que se desplazaron por sus mejillas y chocaron relucientes con la plateada tez de Laura.

-¿Qué ocurre?-dijo Leo entre lágrimas- Yo te amo a ti, lo sé, te quiero

-Si me quieres, lo sé, y como sé eso también sé que te has confundido, este amor es distinto al amor que tu imaginabas, el verdadero amor lo tienes fuera, y allí te espera. Déjame sola, has de buscar tu verdad.

-Pero… ¿qué pasará contigo? ¿Qué ha pasado con Laura?

-Hay cosas que no hace falta explicar, tu vete, pronto todo quedará aclarado, y recuerda que yo siempre estaré para lo que quieras, aunque yo no esté contigo.


Leo salió corriendo de la casa y llorando se tiró en el césped, no entendía aquella extraña mutación, no entendía las palabras de Laura. Alguien llegó corriendo, era Paul, le abrazó.

-Leo, ¿qué te ocurre?¿Por qué estás llorando?

Leo fue a contestarle, pero cuando le miró a los ojos, no pudo decir nada, no tenía palabras tan solo sus lágrimas reaccionaron, dejando de brotar de sus ojos. Ambos se miraban, y pasaban los segundos, y no dejaban de hacerlo. Leo movió su cabeza e hizo con Paul lo mismo que hacía tan solo unos minutos, había hecho con Laura. Le besó. Leo cerró los ojos y Paul, sorprendido los abrió como platos pero tan solo por unos momentos, hasta cerrarlos completamente. Sus bocas jugaban y sus manos se desplazaban por todo el cuerpo. Ambos se separaron, se miraron y perfectamente entendieron lo que ambos querían. Suavemente, lentamente, se despojaron de sus ropas y el amor que durante tanto tiempo se había ocultado salió a la luz. En ese momento Leo comprendió todas aquellas últimas palabras de Laura, comprendiendo lo que hasta ahora no había entendido, y por fin, uno de sus mayores deseos se cumplió, ser feliz.
Y las estrellas brillaron, y los planetas giraron, y la luna les sonrió y les iluminó para toda la eternidad.

Texto agregado el 04-10-2004, y leído por 390 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
01-11-2004 Eres-un-crack. Jules_Lebeau
12-10-2004 Mola(cm tu dices..argg) pos eso,q mola,cm todo lo q tu haces(bla bla bla si si si peloteo,joder q necesito q alguien me avale la operacion d mamas,entiendome yo misma..¬¬)y x cierto,Laura se cmpra la ropa en Bershka?O_ó(No necesitas q t diga nada,ya t filosofee(palabro)x msn,en cuanto a "oh si!qiero un hijo tuyo",bueno seria una gilipoyez q lo dijera xq vivirias en una mentira,aun asi,apréciote..ah! y una ultima cosa..."PUTO"(K)[adivina qien puedo ser..¬¬U] Eriteia
09-10-2004 Increible! Marcho que tengo el ovni en doble fila... Escipion
05-10-2004 ¡¡Extremadamente bello!! valium
 
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