Se despertó a las tres de la mañana; su esposa dormía profundamente. El agarró el teléfono móvil que estaba encima del nochero. No tuvo necesidad de prenderlo, le había bajado el volumen antes de dormirse. Por la mañana había tenido una discusión con Alejandra, que dicho de paso era la mata de los celos. Por ese motivo habían tenido muchas discusiones, al punto que Andrés estaba aburrido y con ganas de separarse, pues así no podía seguir viviendo con alguien que lo celaba hasta con su sombra.

Entró a su perfil de facebook y publicó una fotografía en la que besaba a una mujer muy bella en el parque de los poetas en Cali. Al rato se arrepintió y volvió a editar ese estado. Acompañó la foto con unos versos hermosos. cualquier mujer se sentiría alagada de tener a su lado un hombre tan romántico y tierno como él. Los versos decían lo siguiente:

Sabes bien que quiero
estar solamente contigo
sabes bien que te adoro
sobre todo lo que existe.
Contigo estaré siempre
en la escasez y la abundancia
en la tormenta estaré contigo
apretando fuerte tu mano.

En seguida guardó los cambios; la publicación podían verla todos sus contactos, menos su esposa. Justo en ese momento se despertó ella, a pesar que era la hora maldita de la noche le hizo una escena de celos tremenda. No contenta con eso le arañó la cara y lo echó de la casa. Él fue hasta el lavamanos y se limpió la sangre que le produjo es gata furiosa con sus uñas. Los arañazos estaba fresquitos y seguían sangrando. Se puso unas curitas, agarró una mochila, introdujo en ella un pantalón, una chaqueta y una camisa. Se quitó la pijama y se vistió rápido con la misma ropa de la tarde anterior. Salió a la calle y esperó un taxi. Antes que pasara el primer carro, dos atracadores llegaron a la esquina donde se encontraba y le quitaron la billetera y la mochila. Él opuso resistencia y lo apuñalaron con sevicia y emprendieron la fuga. Las heridas fueron profundas, al instante falleció en la esquina.
Tres policías llegaron en sus motos pues una señora había llamado a los agentes del orden; ella desde la terraza vio como los rateros atracaron y luego mataron a ese pobre hombre. Nada pudieron hacer por él. Llamaron a los agentes del CTI para que hicieran el levantamiento del cadáver. Al otro día su mujer se enteró que lo habían matado. Lloró sin consuelo, pues ya nada se podía hacer. Las amigas fueron a consolarla y le dijeron que esposo como ése ya no se consigue en estos tiempos. Ante ese aseveración ella dijo:
-Qué va, a mi me traicionaba, antes de echarlo de la casa estaba chateando a las tres de la mañana con la amante.
Una de las amigas le dijo:
-Estás muy equivocada; que hombre va a publicar algo tan hermoso como él.
Le mostró la última publicación que había hecho, al ver la foto y leer los versos, sintió morir. La mujer de la foto era ella.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA