Vivía inmersa en su mundo de letras y pintura; de vez en cuando habría la ventana para que entrara el sol y sentía el calor en su piel, mas no en su alma pues hacía rato estaba helada y no hallaba la fórmula para calentarla; parecía que alguien puso un trozo de hielo y no había vuelto a retirarlo. Tal vez, un hombre era el origen de todos sus males y esa inmensa soledad en la que se encontraba. Primero la colmó de besos y luego se fue con la esperanza de volver algún día. Pasaron muchos días, semanas, meses y años y no había regresado.

Aún así ella estaba dispuesta a esperar el tiempo que fuera necesario, por ahora no quería lanzarse a los brazos de otro hombre con el que haría el amor sin ganas, pues él estaría siempre en su mente martirizándola por no esperarlo. Ella estaba súper enamorada de Daniel, pero este no daba señales de vida. No llamaba, no escribía ni siquiera una carta para decirle cuándo volvería.

Una tarde lluviosa abrió la ventana, dejó que las gotas de agua acariciaran sus pechos; ella sintió una sensación placentera que hacía rato no había sentido. Enseguida se desnudó arrimada a la ventana. Las gotas de lluvia seguían cayendo sobre sus pechos. Al rato no tardó en estar empapada. El agua resbalaba desde sus cabellos hacia sus pechos, de ahí hasta su ombligo y siguieron de largo hacia su sexo. Cuando las sintió en su vagina sintió un placer infinito. Eyaculó a chorritos, luego dijo en voz alta:

-Será que el siente lo mismo cuando me recuerda.

Iba a cerrar la ventana, antes que lo hiciera entró un pájaro blanco con una hoja de papel entre el pico. Agarró el mensaje que le entregó la paloma. Mientras leía el pájaro se recostó en la cama a esperar la respuesta.

Ella agarró una hoja de papel y escribió "me derrito de amor por ti". Untó la hoja con el fluido de su vagina, dejó que este se secara. Luego la dobló en cuatro partes y la puso en el pico del pájaro que salió volando con la respuesta.
El mensaje de Daniel decía:

"La guerra aun no ha terminado, he perdido mi pierna derecha; espero que aun así me sigas amando". Ella dos meses antes había pintado un cuadro sobre la guerra, donde aparecía una escena similar a la de su adorado Daniel.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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