Él quería ser así, hacía mucho tiempo que quería ese cambio. No se sentía cómodo, pero su timidez hizo que no dijera nada.
- Alguna vez tengo que ser coqueto, agradable a la vista de los demás. – decía justificándose frente a sus amigos
Recordaba, tiempo atrás, cuando frente a la tele miraba los Transformers y como los autos se convertían en robots y salvaban al mundo. Fueron sus ídolos, fue su infancia feliz. Él se miraba en el espejo y quería ser como ellos. Quería vencer sus propios miedos y volar.
El otro día, paso algo que nunca olvidará. Salió temprano de su casa y se dirigió al trabajo. Estacionó, se quedo esperando mientras dormitaba, pero un ruido lo despertó. Algo lo incomodó. Él estaba preso de su miedo, preso de su inmovilidad que le generaba tal situación. Respiró hondo y sintió el ultimo tirón donde le arrancaron parte de su ser. Un grito liberador fue compartido por el ladrón y conjuntamente por él. Ese techo corredizo que lo hacía único, pero visible a los demás, ya no estaba más. Él, un Peugeot 207 compact, se quedó sin techo. El ruido de los ladrones al correr arrastrando ese techo hizo que la mañana despertara, pero sin héroes a la vista para poder detener tal arrebato.
Él quedó al desnudo, sin esa cubierta, libre de prejuicios, volviendo a su origen. Un auto sin techo, un auto común.

@nahuelroig24