Inicio / Cuenteros Locales / guidos / Afiebrado deseo
Era un deseo que persistía en su mente como si éste hubiese sido tatuado en las circunvoluciones de su cerebro. Ansiaba poseer ojos azules. Era una fijación que flameaba en su cabeza, un ferviente deseo que sólo deseaba hacerlo realidad. Por supuesto, los quería suyos y no prestados por la óptica, no era su intención martirizar sus pupilas con esos horribles lentes de contacto carentes de naturalidad. Su deseo lo movilizó hacia numerosas clínicas, consultando a los más diversos especialistas, recibiendo de todos ellos idéntica respuesta: tal deseo era imposible de satisfacer, porque aún no era imaginable realizar trasplantes de ojos. Con su espíritu ya a la altura de los talones y con la idea clarísima - refrendada por los espejos- que no era para nada agraciado, ya absolutamente desolado por tan adversas circunstancias, optó por trepar desganado la infinidad de escalones de una torre altísima y antes de precipitarse al vacío levantó su mirada a las alturas siderales -con la vaga esperanza que alguna deidad lo escucharía- y rogó que si por esas cosas arcanas de los dioses existía la reencarnación, le fuera concedida la posibilidad de regresar a este mundo con unos deslumbrantes ojos azules. Es preciso aventurar y dejar establecido que sea la deidad que sea y resida ésta en la porción estrellada que sea, existen leyes muy rigorosas con respecto a los seres que se suicidan. Y de acuerdo a esta reglamentación apócrifa y devenido ahora en Pupi, una maravillosa perra siberiana de deslumbrantes ojos azules, no tiene demasiado claro en su entendimiento de por qué su afiebrado deseo le fue concedido de tan caprichosa manera.
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Texto agregado el 15-01-2021, y leído por 197
visitantes. (11 votos)
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Lectores Opinan |
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17-01-2021 |
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Salió perdiendo. O tal vez no. Él era muy tonto y los siberianos suelen ser muy inteligentes. Jaajaj! Clorinda |
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17-01-2021 |
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Bien merecido. Miren que perder la vida por una cuestión de estética, ahora tendrá una vida perra... jaja. Un abrazo, sheisan |
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16-01-2021 |
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Eso le pasó por ser menos específico con sus deseos ja. Buen texto amigo. Hay que estar atento a lo que uno desea. Abrazo. vaya_vaya_las_palabras |
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15-01-2021 |
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Era muy caprichoso este hombre y un suicidio no es para caprichosos; así que recibió lo justo. Aunque tal vez él se sintiese tan contento con esos ojazos azules, hombre o perro, perdón, perrita. Jajaja. Daiana |
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15-01-2021 |
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—El deseo exacerbado de este individuo lo llevó a límites insospechados para conseguir lo que tanto anhelaba, pero nunca pensó que pasar de una realidad a otra podría traer cola. —Saludos y un abrazo. vicenterreramarquez |
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15-01-2021 |
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Yo creo que es por un extraño sentido del humor de los dioses. Muy bueno! Besos. MCavalieri |
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15-01-2021 |
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Hay que tener cuidado con lo que se pide, no sabemos en qué forma será concedido. Ingenioso relato. Un abrazo. Mnemosine |
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15-01-2021 |
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MUY BUENO...van cinco ladridos ... Abunayelma |
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15-01-2021 |
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Caminamos en sintonía. Esa perra siberiana sería buena compañera de mi gata. Me da mucho gusto pasar por acá y disfrutar de tus letras. -ZEPOL |
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15-01-2021 |
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Muy buena manera de encarar el tema del karma y la reencarnación, enlazándolos con humor y moviendo a la reflexión, todo en uno. Gracias! crom |
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