No sabía dónde estar.
Quizás, de a ratos,
estar en ninguna parte,
percibiendo la nada
o dentro de una obra de arte,
mirando a quien ve,
con su corazón colgando
en algún sitio,
sin que se lo regresen
como nuevo,
planchado y almidonado,
bordado en el alma
con prolijas cicatrices,
que, de imprevisto,
se quiebran sin decir nada.
Ser una brisa cualquiera,
ver otros paisajes,
tener defectos, cometer errores,
sortear zancadillas,
quererse con tropiezos,
ser alérgico a lo perfecto.
O quizás, de a ratos,
pegar la vuelta y regresar,
tal como fue al principio. |