Todos iban a paso ligero, seguían al pastor ciegamente. De pronto el pastor con voz de mando dijo:
-Háganse a un lado que viene el virus.
Todos se hicieron a un lado y fueron a parar al fondo del abismo. El pastor por poco se orina de la risa. Solo una oveja negra no hizo caso, sin pensarlo dos veces empujó al pastor al abismo y se escapó en la camioneta del pastorcito mentiroso. A las pocas horas los diarios dieron la siguiente noticia: "rebaño completo, incluido el pastor, cayeron al abismo".