Amor parte 5

Un joven tocó a la puerta de ella. Ximena recibió el paquete, estaba sorprendida. Por un momento pensó que se trataba de Paola, pero cuando lo abrió se sorprendió porque vio los productos que iba a comprar en la tienda en días pasados. Le llamó a Paola para verificar, pero ella no fue. Su amiga igualmente se sorprendió.
-Debes tener un admirador – le dijo Paola.
- ¿Qué cosas dices? – se burló Ximena.
- ¡Qué tiene de malo! No creo que la tienda te lo haya enviado.
Paola no se iba a quedar de brazos cruzados y pensaba investigar quién envió ese presente. Las salidas a tomar café o simplemente conversar eran una costumbre entre ellas dos. Entre tantas salidas, Paola se dio cuenta de que un hombre alto con cara de enojado las seguía a todos lados.
Paola estaba intrigada ¿Ese hombre fue quién envió el presente? Así que estaba lista para que su amiga por fin tuviera alguien con quién pasar la vida, porque la vida se le estaba pasando hundida en su casa. Tenía que intervenir por la felicidad de Ximena.
Matías le siguió el paso a Ximena hasta el centro comercial, Paola venía en la camioneta, era sábado y tenían la tarde libre.
Matías no sabe nada de conquistas, no tiene idea de cómo acercarse a una mujer. Ese día Paola se dio cuenta de que alguien la seguía. Era ese hombre.
- ¿Qué te pasa? – le pregunta Ximena.
-Nada – le respondió mientras ella volteaba a ver hacía donde se encontraba Matías.
-No me estás poniendo atención.
-Claro que sí – dijo ella mirando al hombre.
El hombre se dio cuenta que Paola lo miraba así que se fue espantado del lugar.
Matías creía que Ximena visitaba con regularidad la plaza, pero de no ser por Paola, su amiga no saldría de la casa o del trabajo. Él no perdía la esperanza de volvérsela a encontrar, se conformaba con verla de lejos. Ese domingo Matías salió, cosa rara en él, tanto que Macarena se extrañó de verlo que se disponía a salir a la calle.
- ¿Vas a salir? – preguntó extrañada.
- ¿Algún problema? – respondió él.
-No, pero me extraña que salgas, es domingo y siempre estás en pajama y leyendo.
-Pues…. Hoy tengo que ir a …. Salir – dijo. No sabía mentir.
Y es que Matías odia las mentiras.

Continuará…