Siempre pensó que moriría de viejo. Una cosa es pensar y otra que los pensamientos se hagan realidad. La providencia puede ayudarnos a lograr cualquier propósito, si pedimos el favor con fe. Eliecer, pidió con mucho fervor. Tenía treinta y cinco años y poco mundo. No había saboreado las mieles de la victoria, ni la hiel de la derrota. Pensaba que vivir ochenta años está bien, llegar a esos años era su mayor aspiración. Nunca tuvo problemas con nadie, pero el destino trágico lo sentenció. Una noche iba por la avenida sexta y un ladrón iba a atracarlo, pero Eliecer no llevaba ni un céntimo. Al ladrón le dio pena matarlo a puñaladas. Tan sólo estornudo tres veces en su cara y esos estornudos fueron más morrales que cinco puñaladas.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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