Gira que gira
el cristal suspendido.
Destellando brillo
reflejado.


Trona que trona,
en complicidad con la brisa,
que sopla
y no ahoga.


¿Vida de quién eres
el dueño?
De nadie, de nada
Del hombre
sin sueños.


Canta que canta.
Alivio de tarde serena
que dulce acompaña
el cansado sueño.


¿Vida de quién eres
el sueño?
De nadie, de nada
Del hombre
de fuerte empeño.


Duerme que duerme
cerrando los ojos.
Esperando en silencio
otro mañana.


Calla que calla
Su queja despierta.
A la luz
de la noche estrellada.