Como era de esperar, el Dr. Ray Mell llegó demasiado tarde para el turco Harry cuya herida en el costado derecho se le podía reabrir en cualquier momento. Confiaba en que su amigo Ray pudiera inyectarle un antibiótico y colocarle una venda que aguantara hasta Nogales pero no fue así. “Ve a un hospital, no te puedo operar aquí”, le indicó el galeno. “Me arriesgo a cruzar la frontera, si voy al hospital aquí seguro que me agarran y me dan 20 años”, respondió el turco y, aunque llegó a Nogales, se desplomó como un fardo en la acera frente a la farmacia de Obregón y Escobedo.

© Eytán Lasca-Szalit, diciembre de 2020