Un día volveré a tomar la mano de hijos adultos y llevarlos a recorrer calles de pantaloncitos cortos y chapes bien peinados. Volver a los aromas de besitos y preguntas sin respuestas en conjugaciones y pronunciaciones imperfectas como el helado de barquillo derritiéndose sin saber de dónde llegó a la alegría de ese niñito que quisiésemos eterna. Playa campo cerros son paseos que alimentan recuerdos como comidas que gustan y los no que acompañan crecimiento son como las fotos que tampoco estuvieron para ser capturas de dulces momentos. La sal ahora está prohíbida como antes siempre fue pero no lo sabíamos. Seguimos navegando en la incógnita de las próximas fronteras que van quedando por conocer.
jdp