Me rindo ante mi fracaso de me explicar,
entre dudas y mitos, tan ilusoria verdad,
la inhóspita realidad que me amedranta,
somete mi vida al eterno cuestionamiento
de respuestas que nunca me convencen.
En una calculada inversión discursiva,
asustaré al mito gastándole una broma,
dejaré que los miedos se acerquen a mí;
mudaré su mítico rigor por divina carcajada,
el humor para derrotar a lo desconocido.
Cambiaré la mueca en un invertido gesto,
trickster dividido entre la burla y la verdad
despertando hilarante de su dogma dormido,
su retrógrada imagen, su trágica mito poética,
Gelos vestido falaz de forjada y eutrapélica risa.
Abrazaré mis temores en espartana parodia
y habré de mirar el mundo con otros ojos
hasta reconocer en ellos lo irreconocible,
sátira para el otro yo que se oculta en mí,
espejo poli prismático por una nueva visión
Entre el rito y la celebración, en liturgia
me invitaré procaz a salir de mí mismo
para volver a encontrarme al otro lado,
un alter ego más simpático, más taimado,
con la confianza de quien dominó al mito.
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