A veces, cuando te miro de cerca, veo bailar fantasmas por tu espalda. Los huelo llegar antes de, siquiera, oír la música que los trae. Antes de perder en la distancia la luz que emanan tus pupilas. Creo que se han vuelto tan tuyos, que son tú. Indivisibles, ingobernables. Casi tan impetuosos como tu forma de domar el mundo.
Texto agregado el 12-12-2020, y leído por 87 visitantes. (3 votos)