Amistad a distancia como un nido hecho con letras de consuelo y canto. Refugio que lejano se ha encendido sin antorchas ni fuego; solo encanto. Somos del tiempo humano, circunstancia envuelta en la sutil melancolía que se convierte un día en la sustancia de un poema que roza la alegría. Cuando un amigo llega de improviso con páginas abiertas al concierto de la vida, despierto a la guitarra. Con ella entre las manos no preciso un disfraz a medida. Dejo abierto mi mundo y suelto el peso que me amarra.
Texto agregado el 10-12-2020, y leído por 171 visitantes. (6 votos)