una mujer me llamó... quería llevarme a un pasado lleno de pasión y algo parecido al amor... y claro, las obligaciones de siempre... mi cuerpo empezó a latir un poco mas y tuve visiones apasionadas... la alegría estaba mordiendo mi ser... como un teatro a punto de abrir... de pronto detuve mis pensamientos... las dejé... le dije a la mujer que no...
aquí quedé... solo en un cuarto lleno de libros sin leer y pocos leídos... una madre llena de mal genio y celosa de sus miedos... moviendo su dinero de un lugar a otro por no tener la certeza de que desaparezca... aquí quedé solo... cerré los ojos y busqué el silencio... mis pensamientos galopaban sin parar luego de horas y horas frente a un celular, mirando Netflix o YouTube... me preguntaba qué podía esperar!... tan solo bulla en un negro teatro de imágenes que cambiaban sin parar... un lugar sin límites... mi atención no cesaba de coger algo estático... nada... todo galopaba como una estampida de abejas... hasta que me eché en la cama... respiré profundo y se hizo el silencio como una cortina divina que no dejaba entrar nada mas que la pureza y el aroma de la Divinidad... algo así sentí... y supe que ese era mi amor mas grande... tocar la Divinidad... y la increíble forma de olvidarlo constantemente... seguí allí hasta que pasada la media noche, volví a encender el celular... y allí estaba todo, esperando robarme el tiempo y la atención... una vez mas ganó la estupidez... pero, venía otro día y otra noche... y un brazo fuerte que jalaba mi corazón... lento pero seguro... y no sé hacia adónde...