En el recuerdo, donde viven las horas que demoran al tiempo, voy a aliviarme del silencio. Esa guarida, oculta entre las ruinas, tiene un ancla en el pasado y un faro encendido aguardando el momento de ser solo olvido. Mientras tanto me muevo en la rutina de la sangre que expira debajo de la piel estremecida. Hay que seguir sobre el lomo del miedo hasta lograr domesticarlo. Ya llegará ese día de andar por el presente junto a la vida.
Texto agregado el 05-12-2020, y leído por 176 visitantes. (6 votos)