NADIE QUIERE MORIR UN LUNES
Al Pelusa que todos conocimos y que llevamos dentro…
Nadie quiere morir un lunes. Es un mal día. Nadie está de humor y a duras penas se las arreglan para levantarse a regañadientes a laburar, estudiar o realizar algún oficio. Un velorio, un entierro, unas pompas fúnebres lo trastocan todo, lo alteran todo. Habría que modificar agendas, cancelar compromisos, rechazar invitaciones, posponer encuentros y, en general, cambiar muchísimas circunstancias para asistir a tan imprevisible y luctuoso evento.
Ya imagino a mis amigos más cercanos diciendo:
Mirá, Pibe, ¿qué es eso de morirte un lunes, che? ¿No sabés, acaso, que los lunes son grises, pesados, modorrosos y que a duras penas se tiene ánimo para iniciar la semana y de empezar a hilar los asuntos pendientes del día anterior?
No, Chato querido, no nos hagás esto. No. Nosotros te queremos y de buena gana te acompañaremos a tu funeral, pero no un lunes. Buscáte otro día. Dejálo para el jueves. No, para viernes. No, mejor para el sábado que hay menos tráfico. Ah, no, pero el sábado hay entrenamiento de fútbol y vos sabés que no podemos faltar. El partido del domingo es crucial y, por demás, te esperamos para jugar. Recordá que sos nuestro 10. No, Pibe, dejáte de majaderías, no te murás y ya. La vida, en medio de todas sus dificultades, es agradable, viejo. La muerte lo jode todo y, para ser sinceros contigo, no tiene día bueno. No te mueras amigo querido. Mejor no te mueras nunca…
¡Te queremos, Pelusa, te queremos…!
Noviembre 27 de 2020
Nota:
La costumbre que tiene la gente de morirse no es buena y menos sin una justificada razón. Deberían pensárselo mejor antes de dejar a sus familiares y amigos. Hay que ser considerados.
Bogotá, noviembre 27 de 2020
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