Grandes y chicos compraron el boleto del premio mayor. Luego de comprarlo esperaron con mucha ansiedad la hora del sorteo. Imaginaron mil cosas si ganaban el premio. Los más falsos pensaron hasta separarse de sus mujeres y luego buscarse una catira bien hermosa para colmar los deseos. La hora del sorteo llegó y el ganador fue un mulato sinuano. Eloísa era su esposa con la cual ya tenía dos hijos que eran su razón de existir. Aldinever no le contó nada a su muer. A las ocho de la mañana fue a cobra el premio. Eloísa, la noche anterior tuvo un sueño en el que él le era infiel con una mujer muy hermosa.
Sin que se diera cuenta empezó a seguirlo. En lugar de ir hacia el sur al lugar donde trabajaba en una empresa de curtiembres, fue hacia el norte a un barrio deprimido de San Onofre. Con paso firme llegó a una casa que aun estaba en obra negra. Timbró dos veces y de inmediato salió abrirle una mujer muy bonita. Siguió hasta la alcoba de Damaris. Hablaron del clima y de la fortuna de haberse conocido de esa manera.
Al rato llegó Eloísa a la misma casa y como la puerta no tenía seguro siguió de largo también a la alcoba de la mujer bonita y cuál no sería la sorpresa que los encontró desnudos en la cama. Eloísa había ido armada, una pistola hechiza de esas que fabrican en los barrios deprimidos de San Onofre. Sin decir una sola palabra los mató a los dos. Ella estaba encima de él haciéndole el amor. Al rato llegaron más de quinientas mujeres con la intención de volver papilla a la catira, pues había rifado una noche de pasión. Aldinever fue a cobrar el premio y lo único que encontró fue la muerte.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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