Tienes mi piel en tus dedos que danzan con intuitiva sed buscando cuencos donde saciar anhelos. De sal y caracolas son los contornos que besas cuando exploras las playas de mi cuerpo. Ante tus olas un tímido temblor quiere ocultar el goce y muerde su secreto. Abro mis poros; se inunda el tiempo de segundos perpetuos que deslizan su cauce hasta el misterio. Mi boca se deleita al impregnar tu audacia que exige, ruega, grita, y explota mar adentro.
Texto agregado el 20-11-2020, y leído por 149 visitantes. (5 votos)