Un joven llamado Pedro, se encontraba muy consternado por su situación. Al cabo de muchos años, logró obtener una aparente calma, a pesar de todos los asesinatos de sus seres amados, los cuales fueron cometidos en su propia cara, por entes despiadados.
En este momento se encuentra sentado, muy agitado, preguntándose ¿Qué me deparará el destino? ¿ Continuará el cercenamiento de mi gente sagrada o continuará lenta y cruelmente hasta la muerte?
Gran pregunta, de inquietante y triste respuesta.
Sólo quería ser feliz junto a ellos.