En los bosques de Sherwood
Como fiscal en la causa caratulada “Presunto Doble Femicidio”, me presento ante el juez Charles Perrault, a efectos de informarle sobre los avances en la investigación que tuvo como escenario a los Bosques de Sherwood, en la tarde del 4 de octubre del corriente.
Como auxiliar de la justicia y encargado de la investigación fue asignado el agente Rod Marple,
Los acontecimientos se fueron sucediendo en una zona poco poblada, explotada comercialmente por la firma La Forestal especializada en la tala de árboles para la industria maderera. Circunstancialmente se podían ver algunos leñadores en la faena cotidiana.
Para continuar con la exposición es oportuno, Su Señoría, leer la pericia del inspector Marple donde informa a este honorable tribunal la marcha de la investigación.
Mi labor comenzó luego de la denuncia de la desaparición de la señora Estevez, una octogenaria única moradora en una casa adentrada en el monte a la que solo se podía acceder por un sinuoso camino comunal. A esta denuncia sobrevino la de la desaparición la de la nieta, una niña de diez años asidua concurrente a la casa de su abuela.
En Sherwodd nunca pasaba nada, o al menos eso se creía hasta este infortunado hecho.
Luego de arduas investigaciones, las pesquisas nos llevaron al primer imputado de la causa. Se trata del Sr. Alcides Rama, un leñador del lugar que en un exhaustivo interrogatorio y a raíz de severas contradicciones quedó imputado en la causa.
¿Dónde estaba la tarde del 4 de octubre?
-Estaba con el hacha trepado a un abedul de gran tamaño
-No vio pasar a una niña
-No suelo mirar para abajo cuando trabajo, es muy peligroso.
-¿Le puedo mostrar una foto?
Se veía a la niña con un atuendo que la hacía inconfundible, una capa parecida a un abrigo de color rojo
La displicencia de su mirada junto a la negación con la palabra y el asentir con el cuerpo me dio la pista de que no desconocía el hecho.
-Vos mataste a las mujeres, increpé al sospechoso
Los modales no son virtudes que haya desarrollado, con la sola mirada, el leñador estalló en llanto.
Ahí nomás el investigador le leyó sus derechos
La investigación nos condujo a la casa de la abuela donde todo parecía encontrarse en órden, solo algunos enseres que correspondían a la niña como una canasta con provisiones. Lo único extraño era que la puerta estaba arrancada.
Una medida apropiada para estos casos es la de recorrer con el o los imputados la escena del crimen o la desaparición, para observar las reacciones del sospechoso.
Por sus movimientos conocía o ya había estado en el lugar.
¿Qué había hecho con los cuerpos?, ¿tuvo cómplices?, ¿cómo las mato?, ¿cuál fue el móvil?. ¿Fue el partícipe necesario o fue el autor?
En forma paralela a la investigación y relacionada con la misma causa, una mujer se presentó a la fiscalía para denunciar la desaparición de su esposo, un conocido malandra de la zona que tenía varios ingresos a los establecimientos carcelarios, lo apodaba el Lobo Martínez
Un rompecabezas que no se podía armar, ya eran tres los que no sabíamos nada y un sospechoso asustado y llorón.
Junto con el personal de criminalística elaboramos un identikit del Lobo Martinez, tenía una boca muy grande, unas orejas prominentes y unos ojos saltones que asustaban a la primera mirada.
Se puso blanco; el leñador alcanzo a ver la foto del personaje y se quebró
No aguanto más y confesó
Había llegado a la casa por lo fuertes gritos que provenían del bosque, parecía un cuento; junte todas mis fuerzas y arranque la puerta de cuajo.
-Martínez era sanguinario, cruel e impiadoso, lo tuve que matar para salvar a las mujeres
Había sido un hachazo artero en el entrecejo del “Lobo”
-¿Y Martínez?, ¿y la abuela? ¿y la nieta? Ahora intervenía el Juez
Si le digo que el lobo se la comió a ambas y que vino el leñador y las saco de la panza y las salvo no ve van a creer, durante el tiempo que duró la investigación los medios periodísticos han venido fantaseando con esas teorías que no cuentan con ningún asidero.
Asi que concluyo que tanto la abuela como la nieta formaban parte de una banda de contrabandistas que transportaban frutas y pasteles a través del bosque para venderlos en Edimburgo. El lobo Martinez fue una víctima de sus tropelías ya que se había reformado y se desempeñaba como vista de aduana.
Respecto al Leñador, es culpable del homicidio del Lobo, teniendo como partícipes necesarios a la Sra Estevez y a su nieta a las que ya hemos pedido le orden de detención.
Será Justicia
¿Será justicia?
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