Ella camina con paso claudicante, resto de una intervención quirúrgica de hernia de disco, con secuelas.
Desde que dejo aquel páramo, ese lugar agreste donde vivió durante seis meses de pandemia, que vuelto a descubrir a los colibríes.
Es que en ese primitivo lugar, no había plantas a las cuales libar su néctar.
¿Como pudo permanecer tan alejada de todo mundanal ruido, apegada a las costumbres de aquel individuo, que solitario vivía, alejado, insomne y noctambulo?
Recuerda que hacía frío y que él había colocado un aire acondicionado invertir, de los que gastan menos electricidad, y lo ponía en 24 grados en esas mañanas, de 3 grados.
Eso facilitó mucho su estadía.
La engulló por completo en la monotonía, en la rutina ajena de las noches y los días.
El solo permanece de forma vaga en su recuerdo, como un hastiado y cansado, ser, ya olvidable.