Hay que inventar el amor
todos los días
para beberlo luego
cada noche.
Humedecerse en él,
acariciar con labios temblorosos
cada gota de vino y miel
que brota por los surcos
trazados en la piel.
Desnudar los hechizos
mientras unes tus latidos
a tus alas libres
y al tiempo del olvido.
Avanzar sin rodeos
ni pudores
por la insistente cumbre
hacia tu anhelo
y entonces liberar
las mariposas
del deseo.
Texto agregado el 09-11-2020, y leído por 132
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