Huiste de nuestro nido cual ave desalojada, ni siquiera noté tu despedida, aún pequeños rescoldos desean revivir el fuego de nuestro amor… ¿dónde estás? los días son largos, las noches eternas.
Tres pasos en reversa y se nubló mi vida.
El camino tomado no es placentero.
Cargo con la cruz de los remordimientos.
Se consumen las horas con el recelo de tu sombra.
Sombra que me persigue
diciéndome: - te quiero.
Estúpida de mí que no valoré
el lecho tibio,
la luz brillante de tus ojos
iluminando mis tinieblas interiores,
aclarándome la ruta perfecta,
de la mano de la felicidad.
Los momentos vividos junto a ti, son recuerdos que a semejanza de las olas del mar, arremeten frente a mi corazón con si fuera un peñasco de nostalgia. Me embarga la tristeza…mis sentimientos no encuentran donde cobijarse…me convertí en un náufrago a la deriva que boga en busca de costas firmes.
Amor perdido, eso eres.
Ya no hay vuelta atrás.
Me avergüenza haberte abandonado,
deseándote siempre que seas feliz.
Mereces la gloria para tus pies cansados,
ángeles cobijándose en tibia arena,
corona de laureles sobre tu cabeza.
Eso mereces,
no estos pedazos de un egoísta corazón
que no sabe palpitar a un porvenir de paz.
Dulces aunque lejanas llegan tus palabras, compañera de inquietudes…trato de calmar mi corazón recordando nuestros encuentros ya convertidos en vivencias… temo que el tiempo transcurrido y la distancia que nos separa, sean insalvables obstáculos que entorpecen la visión del pasado, hasta quizás transformarlos en espejismo. Confieso, te extraño, te necesito…
Amor perdido,
te confieso que yo también te extraño.
Recuerdo nítidamente
la transparencia de tus ojos claros.
Aún guardo en un rincón de mi alma
la dulzura de tus besos,
me cala el frío de esta endiablada soledad
precio de mi estupidez.
Yo también desearía recuperar
aquella hoguera de amor.
Pido a la vida confabule a nuestro favor.
***///***
Autores
Carmen Amaralis Vega Olivencia (Puerto Rico)
Beto Brom (Israel)
|||||||||||||
|