Te rozo en los silencios porque estás en ellos.
Tu voz, agua de manantial recorre mi cuerpo vibrando con el elixir de tu voracidad.
Rastreas mis colinas y mis valles y te embriagas bebiendo la ambrosía de mi prenda más preciada.
En el vaivén de la mutua rendición elevo tu berretín cuando me dices purreta mía, te quiero lastrar de lujuria.
Te aviento un beso y me ilumino con tu labia transandina.
¡Vagamos en sueños por las callejuelas de Aires que tienen un no sé qué!
Texto agregado el 06-11-2020, y leído por 267
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Lectores Opinan
27-12-2020
Mi sorpresa no es cualquiera/de escuchar a su manera/a una mina arrabalera/allende la cordillera. Precioso Vania. Un beso, Carlos. carlitoscap