La noche meiga
Una lejana ya festividad de Samhain, fiesta celta celebrada un 31de octubre, como acto de bienvenida a la estación oscura, los druidas convocaron a los espíritus más versados en moda para elegir a la bruja más elegante en un desfile tipo aquelarre que tendría lugar por la noche.
Concurrieron las brujas más prestigiosas de todos los poblados españoles con fiestas de Samaín: Galicia, norte de Cáceres, León y Zamora.
Fantasmas , vampiros y brujas aspirantes al primer puesto de la elegancia acudieron al atardecer al castillo de Ribadavia donde se celebrarían los actos.
Los niños vaciaron calabazas donde metieron velas y se dispusieron por los caminos a asustar a los concurrentes.
Otros rapaces pedían por las casas membrillos, nueces y castañas con la plegaria " Unha limosniña polos defuntiños que van alá".
Y empezó el desfile de brujas por una pasarela instalada en la zona de las mazmorras del castillo, con paredes cubiertas de huesos , oscuras, iluminadas con velas y aromatizadas con las hierbas cocidas en calderos de varias fogatas.
Aves nocturnas y murciélagos sobrevolaban por el recinto con chillidos que infundían terror.
Las hechiceras empezaron a hacer el paseíllo , luciendo sus mejores galas; pero el jurado optó por elegir a Siniestra, una bruja embutida en un elegante vestido negro , muy a tono con la llegada de la estación oscura que se avecinaba. Cimbreaba sus caderas con un desparpajo apabullante que sorprendió a la comitiva de fantasmas, vampiros y ánimas en pena.
Los aplausos sonaron por todo el poblado cuando se le hizo entrega del premio: un lápiz labial negro, un collar con un colgante de cráneo de pájaro, un bolso con forma de boca sangrante de vampiro y dientes afilados, un kit de magia, una escoba voladora último modelo con cinco velocidades y airbags y un gato siamés de peluche.
Acabó la noche con la degustación de castañas asadas y queimada sin tasa.
Y fue esa noche la que originó la costumbre de que las brujas vistieran de negro y que este pasara a ser considerado el color de la elegancia.
Resultó una noche en que todos los asistentes lo pasaron de miedo. Una noche realmente mágica, coronada por un cielo estrellado y una luminosa luna menguante .
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