Una de las primeras diligencias( volviendo a los orígenes de esta verdadera historia) evacuadas, fue la de cronometrar el tiempo que se tardaba sin prisas desde el piso hasta la facultad de Filosofía. Sabido esto- doce minutos exactos- uno ya se hacía sus composiciones sobre si era o no conveniente calentar la leche o ahorrarse los tres o cuatro minutos que se empleaba en hacerlo y otras cuatro o cinco más historias.
Y así, una y otra vez, machaconamente, durante aquellos cinco años- me torturaba la idea. Tanto era que un día hice la vida de empleado de oficina al uso que se tomaba un café en el bar de la esquina y veía discurrir su existencia bajo parámetros menos convencionales que aquel ritual en que empezaba a convertirse asistir a clases de Filosofía. Y me gustó observar el trajín de aquella vida y a las secretarias empingorotadas de los despachos y oficinas. Sólo que estaba fuera de contexto y se me notaba, por la juventud, más que otra cosa. Pero me hubiera gustado tener alguna aventura con alguna de aquellas señoritas que sorbían el café con leche corriendo y preocupadas por su vestido y figura y por si se les había hecho alguna carrera en las medias- pantys eran ya por entonces, pero a mí me gustaba todavía decir medias. Y el caso es que me aceptaron en aquel mundo nuevo, pues enseguida, con el camarero y con aquella variopinta clientela, hicimos- como se decía en mi tierra- buenas migas.
- Y cómo es eso- me preguntaban- de la filosofía.
Y uno no sabía qué contestar, pero que, en definitiva era como hacer lo que uno estaba haciendo aquel día, que no era otra cosa que ver la vida desde fuera, con perspectiva.
Abandonado en aquel mundo nuevo, pronto se hizo la hora de entrar al trabajo y me sorprendí a mí mismo mirando escaparates por el centro como el niño que se escapa de su casa para conocer la vida.
Así que esto es lo que pasa fuera mientras uno está dentro- me decía. Al día siguiente me tocaba pedir los apuntes de aquella mañana pero lo consideré tiempo bien empleado que le daba a uno caché científico y enriquecimiento de miras.