UN MÉDICO SIBARITA
Nuestro amigo Terryloki me animó a escribir esta narración biográfica.
Recién que salí del hospital, me mandaron a ejercer a Puebla, donde conocí a una familia muy singular. Vivian en el centro en una casona muy antigua, pero, remodela con todas las comodidades habidas y por haber. El padre, ya cercana a la mediana edad, hijo de españoles con ojos azules, muy guapo, en contraste, la esposa joven, delgada, pero, con aspecto indígena tan común en estas latitudes. Tenían tres niñas preciosas que habían salido al papá, sin embargo, el hijo mayor de 10 años, salió “nopal” igualito a la mamá (cosas de la herencia).
Yo, era el facultativo de los niños. Me hice muy amigo y fui invitado frecuente a degustar la sabrosa comida poblana con excelentes vinos de marca, claro, como aperitivo: whisky de 18 años de antigüedad. El dinero sobraba. Me llevé la sorpresa de que mi amigo era médico.
En una de nuestras sesiones alcoholo-nutricionales tuvimos una plática muy interesante:
—¿Por qué no ejerces? —cuestioné por curiosidad.
—Has de saber que tenía un consultorio pichurriento en una colonia precarista —me contó con un dejo de tristeza, mientras, saboreaba con deleite su whisky— sin clientela, a duras penas sobrevivía.
—Ya te habías casado.
—No.
—Perdona mi pregunta, ¿cómo fue qué te matrimoniaste.
—Conocí a mi mujer cuando estaba bien jodido. Ella fuera de su juventud, no despertaba paciones tormentosas, pero el papá era riquísimo, un indígena dueño de líneas de autobuses tanto locales como foráneos, además, de negocios en el mercado “la cocota”. Así que dije “de aquí soy”. Sabrás que me gusta el arte y todas las cosas buenas de la vida.
El diablo, que todos llevamos dentro, me impulsó a decirle:
—Oye, en cuanto a damas de buen ver ¿qué me dices?
—Claro que me gustan, pero, ni me les acerco.
—¿Por qué?
—Por una sencilla razón, mi mujer que es listísima, para decirte que es la que le lleva la contabilidad a su papá, me dijo recién casados: “sé que te casaste conmigo por el dinero, no importa, mientras me seas fiel, yo estaré contigo, pero a tu primer desvío te vas mucho a la chingada”.
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