MI COMPADRE “EL CACARIZO”
Amigos:
Por esta vez no voy a contarles un cuento sino una narración biográfica.
Muy joven, miraba con admiración a un mozo mayor que yo, salaz y concupiscente, guapo y en la entrepierna con un gran artículo que era su orgullo y que decidió aprovecharse de él para no trabajar
Es mi compadre (de botella, claro), le decíamos “El Cacarizo”, por unas cuantas marcas en la cara que de pequeño le dejó la varicela (aclaro, no viruela). Decía que de chiquito era tan bonito, que las amigas de su mamá a chupetones le dejaron sus huellas en el rostro. Muy democrático: agarraba parejo a cualquier fémina, pero, se especializaba en mujeres casadas de mediana edad con maridos ricos, y, además, dadivosas con su dinero.
El tiempo, por desgracia pasa, aún en la madurez era elegante y bien parecido. Desde luego, sus actividades en el “Fairplay” se espaciaron.
Todo iba bien, hasta que tuvo “miedo”, cuando por primera vez no pudo al segundo agasajo. Al poco tiempo le entró “terror”, cuando no pudo al primero.
¡Se acabó el negocio!, Ahora, El Cacarizo mal sobrevive de velador en el simpático y popular burdel “El burro Alborotado”.
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