Inicio / Cuenteros Locales / perogrullo / Pisos compartidos. Tres
Rebolledo llevaba idea de hacerse letrado no con el objetivo de contribuir con su ciencia a la justicia, sino- como él mismo decía- de dominar el mundo. Tampoco le hacía demasiado caso y pensaba que se trataba de una broma, manifestada como reserva mental compartida con su compañero de habitación. No obstante, un día, descubrí que aquello llevaba visos de hacerse realidad. Parte de su plan se estaba cumpliendo, pues con aquella jerga jurídica había acabado por adoctrinar al resto del piso adquiriendo más que los iniciales visos apuntados.
El poder del lenguaje- me dije-, pero seguí como si tal cosa, a lo mío, envuelto en aquellas lecciones que habrían de conducirme, además de a las filas del paro, a una sapiencia absoluta sobre la realidad del ser. Fue en aquel momento cuando decidí luchar, con aquellas mis armas filosóficas, contra él.
No era difícil- al menos sobre el papel- pues la filosofía-pensaba- era un saber que englobaba a todos los demás. Así, mientras él se escudaba en una fraseología que al resto del piso parecía determinante, uno utilizaba las armas del inconsciente como palanca.
Hasta que un día aquello acabó mal pues no soportaba el mutismo, revelando una personalidad de tipo narcisista que se llevaba mal con la indiferencia y con la falta de efecto en los demás. Y era que uno había leído a Nietzsche y sabía que las palabras no eran lo más.
Pero después de las tortas- como se contará- vino el pan.
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Texto agregado el 19-10-2020, y leído por 68
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